Operar por el ombligo
Foto:El cirujano José Magarzo muestra el dispositivo que emplea para operar a través del ombligo. :: CITOULA
El Comercio. 13.10.11 - LAURA FONSECA | GIJÓN.
«El paciente puede volver a casa 24 horas después de operarse»
La técnica se puede emplear para extirpar vesículas y apéndices o, incluso, intervenir casos de cáncer de colon
El cirujano José Magarzo, entre los pioneros en aplicar la cirugía transumbilical
Del ombligo, al mundo. Cuando menos, al mundo del bisturí. La cicatriz que queda tras el nacimiento una vez roto el cordón umbilical entre la madre y el bebé, lo que popularmente se conoce como ombligo, se ha convertido en nueva oportunidad quirúrgica para los cirujanos. La carrera emprendida años atrás en busca de operaciones cada vez menos invasivas y sin apenas cicatrices, y que dio como origen la técnica de laparoscopia, se ha topado ahora con el ombligo. Este orificio natural del cuerpo humano, al que hasta ahora sólo se le otorgaba valores estéticos, culturales o, incluso, sexuales, es la base de lo que ya se ha bautizado como cirugía transumbilical. Se trata de una nueva modalidad de cirugía que permite extirpar vesículas o apéndices, operar hernias inguinales o, incluso, hacer operaciones algo más complejas como las de cáncer de colon o la cirugía de la obesidad.El fenómeno se extiende tímidamente por los diferentes centros hospitalarios. En Asturias, de momento, son unos pocos los médicos que se apuntan a operar a través del ombligo. En el HUCA, en Oviedo, y en Avilés, «hay algunos equipos que están empezando con esto, pero aún es algo muy incipiente», precisaron fuentes hospitalarias.
El gijonés José Magarzo es uno de los especialistas que ya ha operado valiéndose del ombligo. Ha retirado dos vesículas y el resultado ha sido exitoso. «El paciente se recupera mucho más rápido y casi no quedan marcas en el cuerpo tras la intervención», explicó.
Menos infecciones
Este facultativo, que trabaja en el Hospital Begoña, un centro de carácter privado que funciona en Gijón, está convencido de las ventajas de esta práctica. «Es menos invasiva y produce menos herida ya que el orificio que se hace por encima del ombligo es muy pequeño», explicó. Asimismo, «tiene asociado un menor riesgo de infección para el paciente y genera menos dolor postoperatorio», abundó.
Para poder realizar una operación transumbilical los cirujanos hacen un diminuto corte (de 1,5 a 3,5 centímetros) en el ombligo. Por ahí acceden luego a la cavidad abdominal del enfermo. A través de ese portal, técnicamente denominado cirugía laparoscópica por puerto único, se introduce luego un trocar. Se trata de una especie de cánula con varios canales de acceso que permiten el paso de los diferentes instrumentos quirúrgicos, incluida la cámara que hace de guía durante la operación.
Por el orificio realizado en el ombligo se realiza la totalidad de la operación. La imposibilidad de introducir las manos, debido a la estrechez de la incisión, obliga a los cirujanos a valerse de dos pinzas que manejan desde el exterior del cuerpo del paciente. Hasta ahora, la cirugía laparoscópica obligaba a realizar tres o cuatro incisiones pequeñas. Esta técnica ya suponía un importante avance con respecto a la cirugía tradicional. Pero el ombligo representa ahora un nuevo paso hacia intervenciones que prácticamente no dejarán huella.
Gran holgura
Una de las ventajas que presenta el ombligo es que se trata de una zona del cuerpo que no está vascularizada, lo que significa que sangra muy poco, algo muy codiciado por los cirujanos. Tampoco está rodeada de musculatura que la comprima ni de terminaciones nerviosas, lo que la convierten en un área propicia para utilizar en operaciones. Además, un pequeño corte junto al ombligo da mucho de sí, porque se trata de una zona que permite holgura «para situar la plataforma de trabajo, ya que la abertura tiene gran capacidad de dilatación», detalló Magarzo.
La cirugía transumbilical comenzó a utilizarse en España hace cuatro años. El Hospital de la Princesa, en Madrid, fue el primero en aplicarla. Según Magarzo, «todos son ventajas, porque no sólo es mejor para el paciente, sino que se trata de una cirugía que tiene el mismo coste que la laparoscopia». El dispositivo que emplea este cirujano, el 'Gel Point', cuesta unos 400 euros. A eso hay que sumar el valor económico del resto de la intervención, unos 1.100 euros, en el caso de cirugías menos complejas.
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