Asturias entra en la vanguardia del transplante

El HUCA practicará su primer implante de un antebrazo de un donante cadáver a un joven que sufrió una doble amputación en un accidente

La Voz de Asturias. 29/10/2011/ Susana D. Machargo / OVIEDO

Una descarga eléctrica le cambio la vida, al amputarle el brazo derecho desde el hombro y el izquierdo por debajo del codo. Ese accidente le restó toda la autonomía y mermó considerablemente su calidad de vida. Este asturiano, que ronda la treintena y que prefiere conservar el anonimato, será el primer paciente en recibir el injerto de un antebrazo procedente de un donante cadáver en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que se convertirá en el segundo centro en España, después de La Fe de Valencia, en realizar este tipo de intervenciones. Los equipos de trasplantes y de cirugía plástica, dirigidos por Jesús Otero y por Daniel Camporro, ya están preparados y los trámites administrativos se han completado. Sólo resta que aparezca un donante compatible.

 

A pesar de la novedad que supone esta intervención, el HUCA hace mucho tiempo que está preparado. Ya en el año 2004 era el único hospital español autorizado para realizar un trasplante de mano procedente de donante cadáver, aunque ese permiso nunca se llegó a concretar. Además tiene una larga experiencia en injertos de corazón, riñón e hígado y en reimplantes de órganos amputados de un mismo paciente y de tejidos. Los profesionales asturianos también han estado en contacto con Pedro Cavadas, el cirujano de La Fe que fue el primero en España en implantar unas extremidades superiores y una cara de un donante cadáver, que ha visitado Asturias en varias ocasiones y que ha participado en charlas con especialistas.

 

La tramitación El procedimiento para conseguir la autorización ha sido rápido. Fue el propio paciente el que acudió al servicio de Cirugía Plástica del HUCA en busca de una solución. Las graves amputaciones que había sufrido en ambos brazos limitaban al mínimo su autonomía y tampoco las prótesis eran una solución en su caso. Era un claro candidato para un trasplante de antebrazo de un donante cadáver.

 

Así lo explica el coordinador autonómico de Trasplantes de Asturias, Jesús Otero, que ha sido una pieza clave en toda la tramitación. El expediente recibió el visto bueno del servicio de Cirugía Plástica y de la Unidad de Trasplantes, que lo remitieron al Comité de Ética del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y posteriormente a la Consejería de Sanidad del Principado. Una vez superados todos estos filtros sólo restaba la luz verde de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

 

Jesús Otero fue el encargado de presentar el caso a la Comisión Permanente de Trasplantes del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que acaba de aprobar esta semana la solicitud de Asturias para la realización de un trasplante de antebrazo.

 

Los trámites sanitarios y administrativos apenas se han prolongado unos cuatro meses. En ese plazo el paciente asturiano ha conseguido la autorización para que se le injerte un miembro en su antebrazo izquierdo. En ese tiempo se han cumplimentado todos los pasos, que incluye también los correspondientes informes psiquiátricos necesarios para estas intervenciones tan delicadas y novedosas.

 

La fecha del trasplante Es imposible calcular cuándo se va a realizar el trasplante. Todo depende, tal y como sucede con otros órganos, de la aparición de un donante. Será necesaria la autorización familiar tras el fallecimiento de un donante multiorgánico compatible con el paciente asturiano que espera un antebrazo izquierdo. Entre otros criterios se tendrá en cuenta el grupo sanguíneo, la edad --debe de ser joven-- y el peso, además de que la extremedidad esté en buen estado. Hasta entonces el futuro receptor entrará en una lista de espera que él mismo inaugura.

 

El protocolo a seguir, así como la dirección de la intervención, corresponden al servicio de Cirugía Plástica del Hospital Universitario Central de Asturias. No obstante, la gran complejidad de esta operación hará necesaria la colaboración, tanto en el quirófano como fuera, de otros servicios sanitarios adscritos al complejo hospitalario. Así lo marca la experiencia previa, en los centenares de trasplantes realizados en el Principado y en los tres de extremidades superiores practicados hasta el momento en España, todos ellos en La Fe de Valencia.

 

Otras experiencias Aunque Asturias se suma ahora a estas técnicas, los especialistas en microcirugía del HUCA llevan años practicando intervenciones vanguardistas y mejorando la calidad de vida de sus pacientes. Por tanto, los cirujanos del Principado tienen ya experiencia. El propio Daniel Camporro ha trabajado en la reimplantación de dedos, manos y hasta brazos seccionados por un accidente, y en la reconstrucción de rostros vaciados por un cáncer de cabeza o cuello con tejidos del mismo paciente.

 

El complejo hospitalario realiza cada año multitud de reimplantes de extremidades superiores y de autotrasplantes de tejidos. De hecho, el HUCA es centro de referencia nacional en el injerto de miembros amputados o seccionados desde el año 1978, hace por tanto más de tres décadas.

 

Desde entonces agujas e hilos apenas perceptibles al ojo humano son el mejor aliado de los cirujanos que son capaces de dar hasta diez puntos de sutura en un vaso de apenas dos milímetros de diámetro.

 

Mientras Asturias se prepara para realizar su primer trasplante de una extremidad, el doctor Pedro Cavadas, el pionero de estas técnicas en España, estudia ya un injerto de los dos brazos por encima del hombro, un intervención que nuevamente será revolucionaria en el campo de la cirugía reparadora. El proceso para llevar a cabo este injerto se encuentra en una «fase previa», según declaró este verano el propio cirujano. Sólo unos días antes también había completado el primer trasplante de piernas del mundo. Ya en el año 2006 Cavadas realizó el primer implante de manos y antebrazos y en el año 2008 intervino a un hombre que había perdido las extremidades superiores a la altura de los codos.