1.800 personas viven gracias a un trasplante en Asturias
Los implantes renales prevalecen frente a los de corazón e hígado
El Principado aplicará «en breve» la cadena de injertos de donantes que ofrecen su órgano de forma altruista
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Tienen una vida prestada gracias a la generosidad de un donante anónimo que les ha dado una segunda oportunidad. Un altruismo que, combinado con la pericia y profesionalidad de los equipos sanitarios del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), permite reconocer el trabajo bien hecho y disfrutar de jornadas como la de ayer, en que se conmemoraba el día del trasplante. Una fecha especial que estará marcada en la trayectoria vital de las 1.800 personas que viven en Asturias tras haber sobrevivido con éxito un trasplante.
No es casualidad que Asturias sea una de las comunidades autónomas que, año tras año, lidera los ránkings de donaciones. El coordinador regional de trasplantes, Jesús Otero, aporta las cifras que respaldan este liderazgo. De las 1.800 personas trasplantadas, 1.200 precisaban un riñón, otras 300 un corazón y otras 300 recibieron un hígado.
La complejidad de estas operaciones obliga a movilizar a un amplio dispositivo de profesionales y todo el engranaje de la cadena se activa en cuanto una llamada telefónica alerta de la autorización de una familia para una donación multiorgánica.
El año pasado, medio centenar de personas propiciaron con su consentimiento que se salvaran muchas vidas, ya que de un fallecido se pueden extraer varios órganos que van a ir a destinados a varios pacientes en lista de espera. Una llamada que, para las familias de los receptores, es un alivio y para los propios destinatarios su tabla de salvación.
Desde el pasado mes de enero, nueve donantes se han sumado a la estadística; un dato muy esperanzador que lleva a pensar a Jesús Otero que, de seguir por la misma línea ascendente, se podría alcanzar cifras muy similares a las del año pasado.
Los asturianos suelen ser bastante receptivos a los llamamientos que se realizan para captar donantes. Un mensaje de solidaridad que no pasa de moda y que es un fiel barómetro de la calidad de su gente. Las negativas familiares son anecdóticas. Cinco familias prefirieron no incorporarse a esta lista de donantes el año pasado. En estos dos primeros meses de 2012, se ha registrado ya una negativa.
Los hitos En apenas dos décadas, Asturias ha marcado ya varios hitos en trasplantes de órganos. La primera experiencia en intervenciones de riñón se registró en 1983. Doce años más tarde, en 2005, los equipos sanitarios del HUCA realizaban el primer trasplante renal intervivos y sus protagonistas -Nori Piñeiro y su hijo Gabriel- que aparecen en el reportaje de la página siguiente, siguen celebrando, como el primer día, su nueva fecha de cumpleaños coincidiendo con la intervención quirúrgica.
En febrero de 1998, José Luis Fernández, de Morcín, entraba en una mesa de operaciones para someterse a una intervención de corazón. Cuatro años después se conmemoraba el éxito de la primera intervención de hígado. En 2006, los equipos del HUCA se apuntaban otro tanto con la primera operación de islotes de páncreas, que era además la segunda que se practicaba en España.
Las últimas fechas marcadas en los anales del HUCA como más relevantes ya son más recientes. En 2007 se realizó la primera terapia celular en las úlceras de los pacientes parapléjicos y el 2011 se cerraba con la primera intervención de las extremidades superiores de un paciente, el cuarto que se efectuaba a nivel nacional. Una operación en la que participaron 18 cirujanos y tres anestesistas que, junto a nefrólogos y enfermeros completaron una media de 50 profesionales que participaron en el operativo.
Unos hitos de los que puede enorgullecerse el doctor Otero. Él sabe, por propia experiencia, lo que es estar a los dos lados de la trinchera. El hígado que le trasplantaron de un donante portugués le permite no sólo valorar “la vida en sí misma” sino seguir sumando éxitos al frente del equipo de profesionales del HUCA.
Él reconoce que “siempre estará en deuda” con la familia de su donante, aunque con la ley de protección nunca les podrá dar las gracias personalmente. “Yo, como decía Cafrune, tenía mi parte cumplida, estaba el azar y me sonrió”, afirma. Jesús Otero asegura que, como suele ser habitual entre los trasplantados, esta segunda oportunidad les permite priorizar su escala de valores. “Valoras la vida en sí misma. Le pasa a mucha gente, que torean a la muerte y le sale bien, como ocurrió en mi caso. La realidad es clara: o tienes un trasplante o te mueres, dependes de ese órgano para seguir viviendo”, sostiene.
Cadena de trasplantes Otero tiene algunas novedades en cartera. Asturias entrará “en breve” en la cadena de trasplantes. Esta práctica médica lleva cuatro años implantada en Estados Unidos. Las cadenas altruistas de trasplante se inician por un donante al que llaman el buen samaritano. Éste entrega su riñón de forma totalmente desinteresada. El órgano se trasplanta con la condición de que un amigo o familiar del receptor otorgue uno de sus riñones a un segundo paciente y así sucesivamente.
Una buena noticia que viene en el mejor día, en la jornada dedicada al trasplante.La estadística constata que en los últimos años se ha variado la tendencia. Si inicialmente la mayoría de donaciones se registraban entre los fallecidos por accidentes de tráfico, ahora cada vez es más frecuente que las donaciones provengan de donantes que han muerto por accidentes vasculares cerebrales.
Las expectativas de vida, tras recibir un trasplante, son muy elevadas y las cifras de mortalidad apenas son significativas. Otro dato más para la esperanza de miles de asturianos que hoy en día viven gracias a un órgano donado con el altruismo de personas solidarias.
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