Examen práctico: tragedia habitual
Myriam MANCISIDOR
Varón en estado grave: quemaduras en rostro, tórax y brazos. Perfectamente caracterizado con la ayuda de maquillaje, un joven se presta a hacer de víctima para que sus compañeros le examinen. Veinticuatro personas -trece de ellas alumnos de la Universidad de Oviedo del máster de medicina de urgencias y emergencias- participaron los dos últimos días en un curso en el Hospital San Agustín organizado por ITLS (International Trauma Life Support) y SEMES (Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias). El seminario concluyó ayer por la tarde con exámenes teóricos y prácticos. Los alumnos se enfrentaron así a distintos pacientes -algunos alumnos y otros actores no profesionales- que hicieron lo posible por aparentar que sus vidas estaban en peligro.
En diez minutos, los estudiantes debieron proteger la escena del siniestro -en este caso simulado-, evaluar el lugar, priorizar a las víctimas de acuerdo a su gravedad, estabilizar a los pacientes y trasladarlos a un centro hospitalario. Los alumnos realizaron los exámenes a contrarreloj, como trabajan los profesionales sanitarios de emergencias cada día. Rosa Encinas, una de las instructoras del curso de capacitación, destacó así que el examen práctico es una copia de las tragedias reales que se encuentran cada día los servicios de medicina de urgencias y emergencias.
El taller tenía dos objetivos principales: mejorar la coordinación de los servicios sanitarios de urgencias para que no se rompa ningún eslabón de la cadena de supervivencia del trauma y capacitar a los alumnos para asistir a pacientes en casos de gravedad y antes de que los enfermos sean trasladados a un centro sanitario. «Nosotros prestamos desde el minuto cero cuidados avanzados», explicó el coordinador de ITLS en España, Antonio Requena, que destacó que la atención al trauma por los servicios de emergencia «es integral y multidisciplinar». De su buen hacer dependen muchas vidas que en momentos dados penden de un hilo: accidentes de tráfico, incendios, atropellos, caídas de gravedad... Por eso estos profesionales están continuamente formándose ya que se trata de una especialidad en la que el tiempo es un factor crítico.
Los alumnos ayer hicieron todo lo posible en el San Agustín por salvar a las supuestas víctimas taponando heridas sangrantes, colocando material ortopédico... En cualquier caso se debieron enfrentar a una de las preguntas más complicadas del examen de urgencias y emergencias prehospitalarias: la toma de decisiones con agilidad y precisión.
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