El geriátrico del Montepío cobra vida
El complejo sociosanitario de Felechosa abrió ayer sus puertas con una plantilla de 60 trabajadores y la llegada de los primeros residentes
David MONTAÑÉS
La residencia geriátrica que el Montepío de la Minería Asturiana ha construido en la localidad allerana de Felechosa ya está en funcionamiento. La instalación abrió ayer sus puertas tras varios días de intensos preparativos. Un equipo de 60 profesionales, con el urólogo Andrés Treceño al frente, recibió a los primeros usuarios, un reducido número de residentes que pudieron instalarse con total sosiego en su nueva casa: «Queremos dar un trato muy personalizado, por lo que hemos programada una ocupación escalonada, con unas cinco personas cada día», señaló el ya citado director del equipamiento.
El primer inquilino apareció minutos antes de las once y media de la mañana. Llegó acompañado de varios familiares. Inicialmente se mostró un tanto desubicado y dubitativo, pero según fue conociendo a las que serán sus cuidadoras se fue tranquilizando. Nunca antes había pisado un geriátrico. «Le hemos traído aquí porque parece más un hotel que una residencia para mayores», señalaron los hijos de este jubilado mierense, que prefirió no dar a conocer su identidad.
La recepción de la nueva y lujosa residencia del Montepío cobró ayer vida. Después de tres largos años de obras y una inversión de 31 millones de fondos mineros, el corazón del equipamiento comenzó a latir. Se notaba la excitación y los nervios entre el personal, que hasta dentro de unos días no tendrán una importante carga de trabajo. El procedimiento escalonado de admisiones hizo que el primer residente acaparase ayer por la mañana una atención que podría casi describirse como de entusiasta. «Todo está bien, me gusta», señaló el jubilado, un mierense que aún no rebasó el listón de los 70 años y aspecto saludable, aunque sus últimos meses han sido duros. «Mi madre falleció recientemente y lo está pasando mal», señaló su hijo. La familia le arropó ayer, como todo el personal del geriátrico, hasta media docena de cuidadoras llegaron a estar pendientes de él en el momento de acceder a la que será su habitación. Esta tutela, no obstante, se suavizará con el paso de los días. «Queremos que aquellas personas que, como en este caso, se encuentran bien físicamente, puedan moverse con total naturalidad, convirtiéndose en los únicos protagonistas de su estancia con nosotros», señaló Andrés Treceño.
El objetivo del Montepío es estar por encima de los cien usuarios a finales de año, con la cifra de 150 residentes como primer objetivo. Se han contabilizado más de 300 reservas, pero los responsables de la mutualidad asumen que habrá que tener paciencia. El presidente de la entidad, José Antonio Postigo, reconoce que la crisis ha jugado una mala pasada al proyecto: «Hace un par de años ya tendríamos lista de espera», indicó. La residencia tiene casi 300 plazas, aunque el tope de internamientos se fijará en torno a los 220 o 230, ya que el Montepío ofrecerá un servicio de hotel para familiares.
Postigo quiso ayer recalcar los competitivos precios que ofrece el geriátrico de Felechosa, que en los próximos días inaugurará su amplio y lujoso spa, uno de los principales atractivos del equipamiento. Los mutualistas pagarán 1.300 euros (más IVA) al mes, mientras que la tarifa para el público en general se ha fijado en los 1.495 euros. El Montepío ha establecido importantes descuentos para los casos en que sean dos familiares los que ingresen, los mutualistas deberán pagar en ese supuesto 1.965 euros, con 2.260 para el público en general.
A lo largo de los próximos días se espera un constante goteo de altas. La trabajadora social Tatiana Vázquez explicó ayer a este diario el procedimiento. Nada más llegar, los residentes son informados de las condiciones del contrato. Luego conocen al equipo que cuidadores y sanitarios y, posteriormente, se les traslada a su habitación. Se les coloca unos microchips en su ropa para poder identificarla en la lavandería. Se les muestra las instalaciones y a partir de ahí, salvo en los casos de incapacidad, pueden hacer uso de su libertad para moverse por dentro y fuera del inmueble: «El diseño y gran tamaño del edificio permite crear varios ambientes , por lo que los residentes serán ubicados junto con otras personas que se encuentran en condiciones físicas y mentales semejantes», indicó Andrés Treceño. José Antonio Postigo añadió que «tendrán libre acceso al spa y podrán disfrutar de variados talleres lúdicos, así como de las zonas de plantación y de los invernaderos».
La comida también se cuidará con esmero: «Las previsiones son no repetir un menú en plazos mensuales», indicó Treceño. La residencia se estrenó ayer con garbanzos con espinacas y bacalao, ternera asada con panaché de verduras y ensalada de frutas.
El próximo 7 de junio está previsto que el Montepío celebre una inauguración oficial de la residencia. Para entonces, los primeros residentes a buen seguro que ya conocerán cada rincón de un edificio que se asemeja mucho más a un hotel que a un geriátrico.
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