Parados, pero en consulta
La huelga médica ofreció ayer imágenes en contraste. De un lado, un centenar de facultativos organizaron una suerte de consultorio en la plaza de La Escandalera. Sus representantes del Sindicato Médicos (Simpa) lamentaban «la ceguera del Principado ante el clamor» en que devino la manifestación de batas blancas que el martes recorrió el centro de Oviedo. Por su parte el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, reiteró que «el conflicto está finalizado» y estimó que principios de enero quedará aprobado el decreto que fija la nueva jornada de los médicos.
La primera de las estampas nació en el área de Pediatría del HUCA. «Queríamos hacer algo diferente en el conflicto sanitario, así que optamos por sacar el hospital a la calle; hoy no cobramos pero atendemos a la gente», explicaba el doctor Andrés Concha. Tres tenderetes, un puñado de muñecos a modo de pacientes, armados de fonendoscopios y esfingomanómetros, facultativos y residentes tomaron el mismo espacio que durante meses aprovecharon los activistas del 15-M.
«Yo estoy enfermo de corazón, pero fui trabajador y entiendo que se nieguen a hacer más guardias», animaba Luis Patiño, de Llanera, quien aprovechó para «saber lo que ya sabía, la tensión está alta». «Fíjate que a mí tardaron dos meses en atenderme en la Seguridad Social, solo me recetaron Paracetamol para los dolores musculares, y aquí hablando he sabido que no puedo seguir usando las almohadas blandas que utilizo», indicaba Aida Sánchez.
Pacientes y expertos se veían así y buscaban remedio a sus respectivas dolencias. También a una huelga «en la que tampoco tenéis que fiaros de los sindicatos; yo no comprendo bien de qué va todo esto, pero daros cuenta que la salud es lo primero y el país está delicado», solicitaba Teresa Sánchez. Para convencerla se desvivió el pediatra David Pérez, hablándole de huelgas, gasto sanitario, sistema público. Al final, tablas. «Voy a razonar lo que me has dicho porque yo lo que no logro entender no lo defenderé», se despidió ella.
Mediante una nota de prensa, el Sindicato Médico (Simpa) lanzó un nuevo cartucho urgiendo a Sanidad a que «convoque la mesa de negociación para lograr poner fin a la huelga». La Administración «está a tiempo de corregir sus errores y modificar el borrador de decreto», anotaba la central.
El consejero Faustino Blanco no hizo acuse de recibo. En unas declaraciones a la prensa, durante la inauguración de la ovetense calle de Juan López-Arranz, recordó que «hemos estado cuatro meses en ambiente negociador, hemos hecho mucho esfuerzo por llegar a acuerdos y los hemos llegado salvo con el sindicato medico». El titular de Sanidad instó al Simpa a «repensar las cosas y contribuir» en el sostenimiento del servicio público. El decreto, a su modo de ver, no tiene vuelta de hoja. Ayer cumplió «todos los trámites de audiencia» y hoy entra en el Consejo Consultivo. Con su dictamen pasará al Consejo de Gobierno para su aprobación «es posible» que en la primera convocatoria de enero. Blanco defendió que el texto está muy trabajado y «no habrá cambios sustantivos en él».
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