El 2012 fue el segundo año con más caída del empleo en España durante la crisis
Los cotizantes a la Seguridad Social se redujeron en el último año en 787.000 personas, un tercio del total de los afiliados perdidos en el último lustro
Oviedo, Javier CUARTAS
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El 2012 fue el segundo peor año en destrucción de empleo en España en términos de afiliaciones a la Seguridad Social desde que estalló la actual crisis en 2008. El año pasado, la afiliación a la Seguridad Social se redujo en 787.241 personas, más del triple que el año precedente y supuso casi un tercio de los 2,75 millones de empleos que desaparecieron en los cinco últimos años.
Desde que se desencadenó la llamada Gran Recesión, sólo hubo un ejercicio peor que el que acaba de concluir: fue 2008, el primero de la crisis, y en el que la Seguridad Social perdió 890.142 afiliados.
El 2012 fue también el primer año en el que la cifra de cotizantes a la Seguridad Social (algo más de 16,44 millones) se situó por vez primera por debajo de la cifra de afiliados que había a fines de 2003, el último año completo bajo el Gobierno de Aznar. Entonces España tenía 16,58 millones de afiliados. Durante el primer Gobierno de Rodríguez Zapatero (2004-2007), la afiliación creció en más de 2,6 millones y alcanzó en 2007 los 19,19 millones de cotizantes, una cifra récord en la historia de España.
A partir de 2008 se entró en una espiral de destrucción de puestos de trabajo que se llevó por delante 890.00 empleos ese año. Sin embargo, las políticas de estímulo mediante gasto público que se pactaron en las cumbres del G-20, que alentó el FMI y que aplicaron casi todos los países, incluido España, dieron resultado. La destrucción de empleo en España prosiguió durante todos los ejercicios, pero de forma cada vez menos acusada. Esta desaceleración (merced a las controvertidas políticas de gasto) fue muy acusada. En 2009 la destrucción de empleo se redujo en España hasta los 665.595 afiliados, el 25,22% menos que en 2008. Al año siguiente (2010) la pérdida de afiliados (161.923) fue el 76,67% menor que un año antes y el 81,8% inferior a 2008. Estos fueron los «brotes verdes»: la atenuación acelerada de la destrucción de empleo y la salida de España de la primera recesión.
El cambio de política económica a partir de 2010 cuando, a resultas de la crisis de la deuda soberana griega, la UE y el FMI impusieron a España y demás países una exigente y estricta política de ajuste y recorte del gasto público, tuvo un efecto perverso inmediato. Por vez primera desde 2008 se rompió la tendencia de acelerada minoración de la destrucción de empleo en España y el descenso de afiliados a la Seguridad Social se incrementó de forma súbita en el 53,26%. En vez de los 161.923 empleos destruidos en el año precedente, se pasó en 2011 a una desaparición de 248.173. Y España, como otros países de la UE, volvió a entrar en recesión.
Pero el ejercicio más funesto después del de 2008 fue el que ahora acaba de concluir. La combinación de la reforma laboral de 2012 -que abarata y facilita el despido-, junto con la mayor subida de impuestos de la historia reciente española y la política de mayores ajustes y recortes sociales y del gasto e inversión públicos desde que estalló la crisis ha supuesto que en los últimos doce meses la Seguridad Social haya perdido 787.241 afiliados, el 217,21% más que el año precedente (el último ejercicio de Zapatero) y el 386,18% por encima que 2010, el último ejercicio que aún se benefició de las políticas presupuestarias expansivas contracíclicas que se aplicaron en el arranque de la crisis para combatir con gasto público el derrumbe del supraendeudado sector privado español, el desplome de la demanda interna y el «pinchazo» de la gran «burbuja» inmobiliaria.
De los 2,75 millones de cotizantes que perdió la Seguridad Social en los cinco años de la crisis, el 32,33% desapareció en 2008 y el 28,59% el año pasado. En 2010, tras dos y medio de políticas expansivas públicas, sólo se perdió el 5,88%.
Parte de la desaparición de afiliados puede no ser destrucción de empleo real sino transferencia de actividad a la economía sumergida. Pero este fenómeno, muy acusado en España, no cuestiona la tendencia.
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La crisis hunde la cesta de la compra
Las familias recortan el consumo en alimentación en la recta final del año por la caída de las rentas, la subida de los impuestos y la incertidumbre con vistas a 2013
Oviedo,Marián MARTÍNEZ
La crisis afecta a la cesta de la compra, el último de los apartados en los que suelen recortar las familias. El consumo de los hogares españoles en alimentación cayó un 1,8% al cierre del pasado mes de octubre con respecto al ejercicio anterior. El gasto se redujo también en proporciones similares, debido a la estabilización media de los precios de los alimentos, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Faltan por conocer los de noviembre y diciembre, aunque las previsiones apuntan a que se mantendrá la tónica descendente.
El incremento del paro, la subida del IVA, el recorte en los salarios y la incertidumbre son las causas que explican, según los expertos, el retroceso del gasto en la alimentación. Esta estadística se realiza con una encuesta mensual a 12.000 hogares que cada día apuntan sus compras con un lector óptico. Según los datos aportados por esta metodología, la caída general del consumo se ha agravado tras el verano, después de haber entrado en vigor la subida del IVA.
Los españoles gastaron en alimentación el pasado mes de octubre 5.668,5 millones de euros, un 1,8% menos que un año antes. El gasto cayó en todos los productos, excepto en las frutas frescas, las patatas y las hortalizas.
El aceite es uno de los productos que mayor caída han registrado (-10,3%) fundamentalmente porque se ha desplomado la venta del aceite de oliva (-15,7%), mientras que el de girasol ha registrado un pequeño repunte (1,%).
La estadística también revela un descenso del consumo total de pescado del 1,9%, aunque en este apartado también hay matices. Retrocede fundamentalmente el consumo de las conservas (-11,1%), y también el congelado (-6,3%), mientras que el fresco aumenta ligeramente (1,1%).
El consumo de la carne también desciende un 0,8%, aunque el gasto es superior, con un retroceso del 3,1%. En el caso del pan, también cae su consumo (-2,8%), y más aún el gasto en este producto (-4%).
La leche y los derivados lácteos han reducido su presencia en los hogares españoles un 4,3%, debido, fundamentalmente, a la caída del consumo de postres lácteos (-8,9%), el yogurt (-5,7%) y los quesos (-1,3%). Pero también se consume menos leche líquida, especialmente la entera (-7,8%), y también la desnatada (-3,5%). Sólo la variedad de semidesnatada subió (3%).
Las bebidas también se incluyen en la estadística mensual del consumo alimentario en el hogar. El consumo de vinos y espumosos ha caído (-9,1%), especialmente en el caso del de mesa (-11,2%) y en el de los espumosos (-9,8%) y los tranquilos (-9,4%). Sí aumentó el consumo de los vinos de tierra -indicación geográfica española- (+29,6%).
El consumo de las bebidas refrescantes se redujo también un 12%, y se mantiene el del agua (0,2). Sí aumentó el de las bebidas alcohólicas de alta graduación (+1,7%).
La explicación a esta caída del consumo se encuentra, fundamentalmente, en el aumento del paro y la subida de precios que provocó el incremento del IVA que entró en vigor en el mes de septiembre, y que sólo en los productos de alimentación produjo incrementos del 7% al 10%.
El cómputo global del año refleja en la estadística del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente un incremento del consumo de alimentos que se explica fundamentalmente por los meses de verano. De hecho, destacó el incremento de las frutas frescas, con un ascenso del 3,3%. En este apartado destacó el de la sandía (15,2%), los albaricoques (14,6), el melón (5,9%) y los plátanos (5,5%).
También aumentó, en el cómputo general del año, el consumo de carne fresca (1%), impulsado, sobre todo, por la de pollo (2,2%) y el cerdo (0,3%), mientras que cayó el de vacuno (-1,5%) y el de cordero y oveja (-10,4%).
Habrá que esperar al cierre de las estadísticas de 2012 para certificar el duro impacto de la crisis en la cesta de la compra.
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El Banco de España constata una caída general de la demanda
Oviedo, M. M.
El Banco de España ya advertía en su último boletín trimestral de que la demanda general bajó en el último trimestre del año, en consonancia con el incremento de los precios por la subida del IVA y también del paro.
Las previsiones para 2013 no son mejores. A la pérdida de poder adquisitivo sufrido en 2012, el nuevo año entra con un incremento de la luz, los transportes y los impuestos, a la vez que se arrastra un incremento de la inflación que no ha sido compensada, a la que en muchos hogares se ha sumado una reducción de salarios. Y todo ello a la espera de que se pongan en marcha nuevas reformas anunciadas por el Gobierno. Todo ello pendiente de si finalmente España pide o no el rescate a la UE.
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