El centro de salud de Pravia atendió a 68 personas en la fiesta del Xiringüelu
El Sespa considera que es una cifra normal en un evento así y dice que el funcionamiento solo se vio obstaculizado por jóvenes que no precisaban asistencia
Aunque en un principio hubo quejas porque el Xiringüelu no contaba con una UVI móvil en el recinto para los casos que pudieran ser más graves entre los más de 10.000 asistentes, todos los heridos que lo requirieron pudieron ser trasladados al centro de salud de Pravia por la dos ambulancias que finalmente se movilizaron. El ambulatorio atendió durante la jornada 27 urgencias médicas y un total de 41 urgencias de enfermería, cifras equiparables a cualquier otro fin de semana, según explicaron desde el centro. En la madrugada y hasta ayer lunes a las ocho de la mañana no tuvieron que asistir a ningún paciente, según los datos facilitados.
Sin embargo, el servicio se vio interrumpido por un problema de seguridad, que fue solucionado rápidamente. Según explicaban desde el centro, varias personas dificultaban la labor del personal sanitario irrumpiendo en las consultas mientras otros pacientes estaban siendo atendidos, por lo que se optó por parar las curas para evitar mayores percances.
«Hubo mucha más gente de la que contábamos, y nos vimos desbordados en algún momento, aunque no hubo que lamentar ningún incidente de gravedad». Es el balance que David Famos, encargado de la infraestructura del Xiringüelu 2013, hizo de la multitudinaria fiesta que reunió «a más de 10.000 personas» el domingo en el recinto de Salcedo.
Era la primera vez que Famos se hacía cargo del festival, pero la experiencia fue muy positiva «y creo que hemos ayudado a profesionalizar un poco la fiesta», comentaba. «Eso sí, ya sabemos las cosas que tenemos que cambiar para el año que viene, principalmente el refuerzo de todos los servicios».
El organizador del evento explicó que «el tiempo acompañó y hubo más gente que otros años», y de hecho las 130 parcelas disponibles se vendieron durante el primer día, cinco más que el año pasado debido al elevado número de peticiones. Los propios asistentes también confirmaban que había habido más participantes que en ediciones anteriores, y todo se desarrolló con la tranquilidad propia de una fiesta de estas características, cita obligada en el calendario veraniego.
Famos apuntó también que para la fiesta se había contratado una ambulancia para atender a todo recinto, pero pronto se vieron desbordados, aunque no hubo incidentes de gravedad. «No eran cosas de gravedad, más bien cortes por los cristales que había en el suelo», de las botellas principalmente, lo que obligó a reforzar el servicio. «Cuando se vio que podía desbordarse, se optó por llamar a otra ambulancia para que mientras una trasladaba a los heridos la otra se quedase en el prao y así atender al mismo tiempo a más personas que pudiesen necesitarlo». El organizador reconoció que «para el año que viene hemos aprendido y sabemos que tenemos que reforzar todo, desde las cuestiones de seguridad, el servicio sanitario y la barra». En total, más de 50 personas trabajaron en el Xiringüelu.
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