La comunidad educativa recibe formación en el Hospital para actuar ante un infarto
Los profesionales del San Agustín participarán el próximo mes en un taller de entrenamiento de reanimación cardiopulmonar de "alta calidad"
15.10.2013 | 02:18
- Myriam MANCISIDOR
- Agustín González presidía un Pleno poco antes de la Navidad de 1995 cuando sufrió un infarto. El entonces alcalde de Avilés por el PP salvó su vida gracias a la rápida actuación de su compañero de partido y de Corporación, el médico Juan Enrique García. Si bien son los facultativos quienes actúan con maestría cuando el corazón apura, cualquiera puede atender a una víctima en los primeros compases de un paro cardiaco. Y la inmediatez es fundamental: por cada minuto que un paciente que está sufriendo un ataque al corazón pasa sin atención urgente se reducen en un diez por ciento sus posibilidades de vivir.
Dada la importancia de la RCP (reanimación cardiopulmonar), los profesionales del área sanitaria avilesina se han adherido a la I Jornada europea de concienciación ante el paro cardiaco, cuyo objetivo es aportar a los vecinos los conocimientos suficientes para atender a una víctima hasta la llegada de los equipos sanitarios avanzados. Con este fin, 120 alumnos de sexto de primaria de los colegios del Quirinal y Palacio Valdés más treinta profesores de distintos colegios acudieron ayer al San Agustín donde aprendieron a salvar vidas con las manos.
Los talleres los impartieron instructores de RCP: médicos y enfermeras de Urgencias del Hospital San Agustín. Este servicio es centro de entrenamiento asociado a la "American Heart Association" desde 2010 y cuenta con 24 instructores del programa de atención cardiovascular de emergencia de la Sociedad de Medicina de Emergencia. Una de las profesionales, Mercedes Albuerne, es además la coordinadora del programa en Asturias y ayer se mostró entusiasmada por la posibilidad de enseñar a alumnos y profesores avilesinos las maniobras necesarias para mantener con vida a una víctima de un infarto de miocardio.
Así, probablemente, mejoren las cifras actuales: cada día en España alrededor de cien personas mueren como consecuencia de un paro cardiaco y sólo una de cada cinco son reanimadas por testigos presenciales. La actuación ante un infarto comienza con el reconocimiento de la posible parada y tres "pistas" de que es así son que el paciente se desplome, no responda y no respire. Una vez hecho esto, el testigo debe solicitar ayuda al 112 e iniciar sin mayor demora el masaje cardiaco comprimiendo fuerte y rápido (al menos cien compresiones por minuto) en el centro del pecho de la víctima.
"Es fundamental que la población posea conocimientos en RCP y que quite sus miedos ante la reanimación actuando con rapidez y decisión, ya que en los primeros minutos el masaje cardiaco puede hacer que un corazón parado reinicie su actividad", explicaron ayer los profesionales liderados por Albuerne. En el San Agustín, por su parte, los profesionales tendrán la posibilidad de participar a partir de noviembre en un programa de entrenamiento en RCP de "alta calidad" que se presentará hoy.
A la par se seguirá ofreciendo información a los vecinos del área sanitaria avilesina para que sepan cómo actuar ante un infarto. Sin ir más lejos, la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, participó ayer en un taller de reanimación cardiopulmonar organizado en el Ayuntamiento por la empresa de transporte sanitario "Transinsa". Ni corta ni perezosa, Varela masajeó con garbo el pecho de un muñeco que simulaba un paciente y se atrevió con el popularmente conocido como "boca a boca". Otros concejales siguieron su ejemplo. Ahora ya están preparados para salvar vidas. Los infartos, como el de Agustín González, suceden en los momentos menos esperados. De ahí también la importancia de dotar espacios públicos con desfibriladores.
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