Jove gana el IX Premio a la Calidad Asistencial
Su proyecto, iniciado en 2004, busca eliminar la presencia de bacterias en los catéteres venosos de pacientes ingresados
Foto: De izquierda a derecha, Esther Mata, Daniel Rodríguez, Rosa del Campo y Elisa Hidalgo. :: PALOMA UCHA
El Comercio. 22.10.13 - 00:29 - Ó. CUERVO | GIJÓN.
«Con recomendaciones y formando al personal de enfermería logramos rebajar las infecciones»
A muchos pacientes, cuando ingresan en el hospital, les colocan un catéter venoso para administrarles los distintos tratamientos. Su utilización ayuda a curar, pero, cuanto más tiempo se lleven puestos, más riesgo existe de sufrir una infección, «una bacteriemia por catéter».
El equipo de trabajo formado por Elisa Hidalgo, coordinadora de Microbiología del Hospital de Jove; Begoña Nespral, jefa de Anestesia; María Aránzazu Martínez y José Manuel del Casar, médicos adjuntos de cirugía general; Daniel Rodríguez, adjunto de Microbiología; Rosa María del Campo, supervisora de enfermería; y María Esther Mata, diplomada en enfermería, recogerá el jueves en Cabueñes el premio a la Calidad Asistencial, enmarcado en la novena edición de los galardones Plan de Calidad, por su proyecto para la eliminación de bacterias en los catéteres venosos de pacientes ingresados.
Desde mediados de los 90
La posible presencia de bacterias en catéteres es algo que viene controlándose desde mediados de los años 90 en las unidades de cuidados intensivos, «donde hay muy pocas camas», pero no en las unidades hospitalarias. «Nuestros pacientes, hace ocho años, también sufrían este problema», apunta Hidalgo. Para hacerle frente, decidieron involucrar a todo el personal de Jove. «Lanzamos una serie de recomendaciones y se formó al personal, en especial al de enfermería, que tiene una presencia importantísima en el hospital. Con todo ello, conseguimos rebajar las infecciones de una forma muy significativa», añade Elisa Hidalgo.
Entre las recomendaciones, basta con lavarse las manos y utilizar vestimenta estéril cuando se coloca el catéter, desinfectar el punto de entrada y proteger las conexiones del dispositivo, y retirar el catéter cuando no vaya a ser necesario utilizarlo. Así, se ha conseguido reducir de 7 bacteriemias por cada 1.000 días de catéter a prácticamente cero.
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