Oriente: Los médicos de Cabueñes desaconsejaron trasladar a la llanisca fallecida tras el parto
Los profesionales del Hospital Grande Covián obviaron la recomendación y cuando María Oliva llegó a Gijón ya no tenía pulso
El Comercio. 16.11.13 - 00:33 - A. MORIYÓN | LLANES.
Los médicos del Hospital de Cabueñes recomendaron a sus homólogos de Arriondas que no trasladasen a María Oliva Barreiro García, la joven llanisca de 38 años que fallecía el pasado 21 de octubre tras dar a luz en el hospital Grande Covián a su bebé, Diego Fernández, quien nació muerto. Los profesionales de Gijón consideraron que su traslado era desaconsejable dada la grave situación de la mujer, a quien se le había practicado una cesárea de urgencia, había sufrido varios infartos durante el parto y no se le había podido frenar la fuerte hemorragia que padecía. Sin embargo, según el informe elaborado por el hospital de Cabueñes, los facultativos del centro parragués ordenaron el traslado y la joven llegó a Gijón sin pulso. Éste fue uno de los motivos que el personal de Cabueñes esgrime en su informe para justificar su negativa a firmar el acta de defunción. El documento, según el protocolo establecido en estos casos, fue puesto a disposición judicial aquel mismo día. Algo que puso en alerta a la familia de la mujer, quien desde un primer momento entendió que la muerte de María Oliva se debía a un error médico.
El pasado jueves se conocía que precisamente en virtud a esos informes el Juzgado de Primera Instancia Número 5 de Gijón había abierto diligencias para investigar lo ocurrido. Se trata de una fase inicial del proceso en la que todavía no se puede hablar de indicios de delito, ya que falta aún mucha información. En especial los resultados de la autopsia de la madre y la necropsia del feto, que tardarán al menos dos meses, según estimaciones del Instituto de Medicina Legal de Gijón.
El marido y los padres de la fallecida, padre y abuelos del bebé respectivamente, se han presentado en el proceso como acusación particular, descartando así la posibilidad de interponer una denuncia paralela, «que sólo haría complicar la instrucción y retrasar el proceso», según comentaba ayer la letrada con bufete en Santander que defiende los intereses de la familia, Marta Fernández.
Con fiebre
Los hechos tuvieron lugar entre el 20 y el 21 de octubre. María tenía programado el parto en Arriondas para el 21 pero el 20 a la tarde le subió ligeramente la fiebre y tras detectarle una infección de orina en el centro de salud de Llanes, sus sanitarios le aconsejaron que acudiese al Grande Covián ya que estaba previsto que diese a luz al día siguiente.
Una vez en el hospital, y según el relato de la familia, a la fallecida le suministraron un medicamento para bajarle la fiebre y, cuando éste hizo efecto, otro para provocarle el parto. Poco después María les dijo que se encontraba mal y se fue al suelo.
Vista la situación los médicos de Arriondas decidieron practicarle una cesárea de urgencia. El niño, según los familiares en base a los datos que les trasladaron los médicos del hospital de Cabueñes, nació muerto y no se le consiguió reanimar pese a los esfuerzos de los sanitarios. Los especialistas de Arriondas tampoco lograron frenar la fuerte hemorragia que sufría María como consecuencia de la cesárea y decidieron trasladar a la paciente a Cabueñes donde llegó con parada cardiaca. Se certificó su muerte en el centro gijonés sobre las 3 de la madrugada del 21 de octubre.
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