Las posibilidades del testamento vital

El Hospital San Agustín divulga las características de las Instrucciones Previas

 

18.11.13 - 01:43 - FERNANDO DEL BUSTO | AVILÉS.

Desde su creación el 7 de mayo de 2008, el documento de Instrucciones Previas en el ámbito sanitario o testamento vital ha ido haciéndose un hueco en la sanidad asturiana. «Aún tiene mucho recorrido, en otras comunidades tienen más años de experiencia, como en Cataluña; pero es una herramienta muy interesante para la calidad del sistema», explicó Luis Gago Argüello, técnico de los servicios centrales del Servicio de Salud de Principado de Asturias y que días atrás ofreció en el centro hospitalario una charla junto con Begoña Gómez Álvarez, enfermera jefa del servicio de Atención al Paciente del Hospital San Agustín, dirigida a los profesionales del Área Sanitaria.

 

Su objetivo era contribuir a su divulgación y uso entre los sanitarios. «Es una herramienta muy importante de consulta para los profesionales. En el tramo final de la vida, siempre existen problemas éticos y es una gran ventaja conocer la opinión del paciente cuando podía expresarse», reflexiona Gago.

 

Begoña Gómez apunta que existen otros factores importantes como la información que facilita sobre aspectos como la donación de órganos y tejidos. «Para los profesionales es muy difícil solicitar la donación de los órganos, el testamento vital permite conocer la opinión de los pacientes y eso facilita todo», explicó.

 

En algunos momentos, el denominado esfuerzo terapéutico que se debe aplicar a los pacientes implica problemas éticos a los médicos. De esta manera, los profesionales disponen de un sistema para poder conocer la opinión del enfermo.

 

De ahí que en la charla se divulgasen los mecanismos para conocer el registro de Instrucciones Previas y cómo pueden acceder a ellas los profesionales.

 

En la actualidad, en Asturias se encuentran registrados cerca de 4.500 testamentos vitales. «Los pacientes cada vez preguntan más, pero no se hacen tantos, aunque su número aumenta», comenta Begoña Gómez.

 

Para los ponentes, uno de los problemas es que «implica reflexionar sobre la muerte, un tabú en nuestra sociedad y que, además, se encuentra muy medicalizada».

 

La elaboración del testamento vital se encuentra perfectamente reglamentada en un proceso que «es muy garantista» ya que busca asegurar que la persona que lo hace actúa con libertad y consciente de sus hechos. Además, una vez firmado, se puede modificar si se considera necesario, anular o incluir matizaciones.

 

«Los contenidos los decide la persona con libertad, siempre que tengan que ver con el ámbito sanitario. Hubo casos de personas que pedían ser incineradas y se rechazó porque no es su campo».

 

El documento cumbre las opiniones de los pacientes sobre tres cuestiones concretas: donación de órganos y tejidos; la cesión de su cuerpo una vez muerto para la investigación y la docencia y los tratamientos y cuidados.

 

Este es uno de los campos más polémicos. «Lo más habitual es que la persona fije los límites del tratamiento, pero también hay casos que señalan todo lo contrario, que se apliquen todas las medidas necesarias para alargar su vida», comenta Luis Gago.

 

Además, Gago recordó en su visita a Avilés, la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias que permite incluir referencias a prácticas que aún no son legales, como puede ser la eutanasia. «La sentencia permite que la persona, al elaborar el testamento, pida que se aplique la eutanasia si, en ese momento futuro en el que no pueda comunicarse, sea legal», explicó el ponente.