El HUCA se estrena con tratamientos de cáncer que «nos sitúan a la vanguardia de Europa»
El nuevo hospital será uno de los pocos centros públicos del país con radiocirugía, una técnica que evitará tener que derivar pacientes a Madrid
Foto: Miembros del equipo de Radioterapia Oncológica que ayer inauguraron las instalaciones del Hospital Universitario Central de Asturias. :: PIÑA
El Comercio. 22.01.14 - 00:22 - LAURA FONSECA | OVIEDO.
Sanidad estima que el área ambulatoria de la Cadellada atenderá a 600.000 pacientes al año
21 de enero de 2014. Ayer fue un día histórico para la sanidad pública asturiana. Por fin se estrenaba el nuevo HUCA y por fin lo hacía con pacientes. Fueron necesarios casi un cuarto de siglo de debate (el primer proyecto de La Cadellada data de 1990), ocho años de obra sobre terreno (el doble de lo previsto), una inversión de casi 500 millones de euros (el proyecto de licitación creció un 40%) y cinco inauguraciones ’virtuales’ para que el HUCA abriera definitivamente sus puertas. Lo hizo a las ocho de la mañana para atender a 18 pacientes con cáncer, en una jornada grisácea, fría y lluviosa que no empañó en absoluto el significado del momento.
Entre el equipo de Radioterapia Oncológica del HUCA, al que le tocó la responsabilidad de ser el primero en iniciar esta histórica singladura, había una mezcla de nervios e ilusión. Ayer no importaban los problemas del nuevo sistema informático, el tedioso ’millenium’ que ha traído a administrativos y usuarios por la calle de la amargura estas últimas semanas, ni tampoco el no disponer aún de número de teléfono al que puedan llamar los pacientes.
Ayer tocaba estrenar. Y tocaba estrenar, como decía el jefe de Oncología Radioterápica del Hospital Central, un centro en el que «haremos más y mejor». Luis Olay fue el encargado de dar el pistoletazo de salida y lo hizo en compañía del director del centro hospitalario, Miguel Rodríguez, recordando que «el camino hasta aquí ha sido un trabajo de equipo. De un gran equipo que en estos meses se ha formado en las últimas técnicas para poder ofrecerlas ahora a los pacientes».
Porque en el nuevo HUCA habrá tratamientos oncológicos que hasta ahora no estaban disponibles en la sanidad asturiana, algo que obligaba a tener que derivar, principalmente a Madrid, a entre 100 y 120 pacientes cada año. En La Cadellada, en sus tres nuevos aceleradores de última generación, al que se le incorporará un cuarto que bajará de El Cristo, se podrán poner en marcha terapias innovadoras que situarán a Asturias «a la vanguardia de Europa». Así lo aseguró Luis Olay, quien indicó que el nuevo servicio de radioterapia «es hoy por hoy el más avanzado y puntero de la sanidad pública española». Esta última tecnología en aceleradores lineales, que ha requerido una inversión global de 13,6 millones de euros, permitirá realizar radiocirugía, una técnica con la que se amplía la posibilidad de tratar y de radiar a personas con cánceres complejos, como son los tumores cerebrales y las metástasis. Se evitará así tener que trasladar a enfermos a hospitales y centros de fuera de la región. Las arcas asturianas, precisó dicho experto, podrían ahorrarse así unos dos millones de euros al año.
Los tratamientos contra el cáncer serán más certeros y menos tóxicos. Se podrán abordar tumores muy pequeños y en localizaciones comprometidas, algo que los equipos del antiguo HUCA no permitían. «Casi ningún temor se escapa a la técnica de radiocirugía», detalló Olay.
El nuevo hospital arranca poco a poco. Ayer vio a sus primeros 18 enfermos, todos ellos oncológicos, pero el lunes ya tiene citados a muchos más. La jornada inaugural se dividió entre consultas, revisiones y una simulación informática de tratamiento, la que correspondió a Mónica Sevares, la primera en pisar el nuevo HUCA como paciente. Este lunes, precisamente, comenzarán las sesiones de radioterapia en uno de los aceleradores. En la segunda semana de febrero se incorporará el segundo equipo y en abril, el tercero.
Tras los pacientes de cáncer de mama y digestivos, que han sido los pioneros en La Cadellada, llegarán los enfermos con tumores de pulmón, cabeza y cuello, urología y ginecología. El servicio de Radioterapia atiende cada año entre 2.000 y 2.500 enfermos. La doctora Pilar Pérez Payo, responsable del área de cáncer de mama, destacó por su parte que con los equipos del nuevo hospital «podremos apurar más los tratamientos que, además, tendrán menor toxicidad».
El área de Radioterapia se enmarca dentro del área ambulatoria de La Cadellada, una de las piezas clave del futuro hospital. Por esta zona, que representa el 26% del total del complejo hospitalario, pasarán al año unos 600.000 pacientes. Así lo destacó ayer la Consejería de Sanidad, quien precisó que la clave de esta área es «la alta resolución». En febrero comenzarán a funcionar los mamógrafos (dos nuevos equipos digitales) y también el PET-TAC, el primero que dispondrá la sanidad pública asturiana. Hasta ahora, dicha prestación solo estaba a disposición en el Hospital de Jove, en Gijón, centro de carácter concertado.
«Es impresionante. Los profesionales también, aunque ya lo eran antes»
El comercio. 22.01.14 - 00:19 - L. FONSECA | OVIEDO.
«Impresionada con el edificio» y sorprendida por «tanto periodista y fotógrafo» que querían inmortalizar el momento. Mónica Sevares, profesora de 46 años y con un cáncer de mama, fue la primera paciente en pisar el nuevo HUCA. Fue a ella a quien le tocó el particular honor de estrenar el flamante complejo, del que salió «contenta» y con «ganas de pasar página» una vez finalice las 33 sesiones de radioterapia. A las 8.30 de la mañana llegó a La Cadellada para realizar una simulación informática del tratamiento radioterápico que iniciará este mismo lunes. A esa hora había cierta calma en las inmediaciones y algo de confusión propia de un día de estreno. «Llegué y tuve que preguntar al señor de la caseta porque no sabía donde tenía que aparcar», confesaba. «Esto es impresionante. Los profesionales también, aunque ya lo eran antes». Mónica acudió en compañía de su madre, Georgina Carás. Esta profesora del Centro Integrado de Formación Profesional de Mantenimiento y Servicios a la Producción de Langreo sufre un tumor de mama y ha pasado ya por una cirugía conservadora. Pero ella no lo oculta. Sus dos hijos, de 12 y 16 años, «guapísimos, por cierto, sabían que me venía a tratar al nuevo HUCA. Se lo comenté el fin de semana». Mónica se esforzó por mostrar el lado más positivo de la enfermedad y aunque «he tenido momentos duros», «siempre es mejor mirar hacia delante», apostillaba su madre que no quería robarle ni un ápice de protagonismo.
Mónica Sevares fue recibida, nada más llegar a las puertas del HUCA, por Fernando, uno de los informadores que ha dispuesto el hospital para dar la bienvenida y orientar a los nuevos pacientes. «Hola, soy Fernando, está usted en el nuevo hospital», se afanaba ayer en explicar con cierto ahínco este trabajador. Un poco más allá, en el mostrador, Carmen Argüelles y Teresa Valera, se encargaban de las citaciones y de indicarles a los enfermos el lugar de su consulta. «Hoy resulta todo nuevo. Es muy bonito», decían.
Para quien también resulta nuevo el HUCA es para los taxistas que aún no saben por dónde entrar o salir. O para los conductores, ya que en las inmediaciones aún no ha sido instalada ningún tipo de señalización. «Nos guiamos por el edificio principal, como ye tan grande...», explicaba un conductor
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