La tensión crece en el H. de Arriondas ...
El comité de empresa del hospital de Arriondas exige el cese de la gerente
Trabajadores, sindicatos y usuarios se movilizan en contra del expediente abierto a Lola Colunga, presidenta del órgano que representa a la plantilla
Arriondas (Parres), Rebeca AJA, para La Nueva España
Al grito de «¡No a la represión, gerente dimisión!», los trabajadores del Hospital Comarcal de Arriondas daban un giro a la protesta convocada, ayer, por el comité de empresa, para irrumpir en el despacho de la gerente del centro sanitario, Dolores Menéndez Prieto. Una entrada precedida de otras frases reivindicativas como «Colunga, valiente, no al expediente», con las que los manifestantes rompían la «ley del silencio» que, aseguran, ha impuesto la dirección del centro sanitario con medidas como la apertura del expediente contradictorio abierto a la presidenta de este órgano, la doctora Lola Colunga.
La jornada de protesta se iniciaba en la calle pero alcanzaba la oficina de gerencia con la intención de solicitar una reunión inmediata entre los secretarios generales de los principales sindicatos médicos de Asturias y la gerente. Pero todo quedaba en un amago de encuentro al exigir los sindicalistas la presencia en la reunión de la expedientada. La gerente rechazó la asistencia de Lola Colunga, por dos motivos: uno, que era parte interesada en el conflicto, y dos, que el comité de empresa le había remitido previamente un escrito anunciando la ruptura del diálogo mientras no se resolviera el conflicto.
Las movilizaciones de la plantilla, sindicatos y usuarios habían comenzado media hora antes, hacia las dos de la tarde, media hora más tarde de lo previsto. El motivo del retraso: anteponer, por encima de cualquier reclamación, el deber profesional para prestar atención urgente a los heridos por el descarrilamiento de un tren de viajeros cerca de Arriondas. Después, la protesta ante la puerta principal del hospital se iniciaba con un minuto de silencio, que algunos manifestantes escenificaron colocándose un esparadrapo en la boca.
Después, dos lecturas públicas: un texto sobre el acoso moral en el trabajo y un comunicado para recordar el expediente abierto con «premeditación y alevosía» a Lola Colunga por una falta grave, a raíz de unas declaraciones en la cadena COPE. Más allá, un prolongado aplauso y unas breves palabras de la afectada para alentar a sus compañeros: «No tengáis miedo, da igual lo que me pase a mí, luchad por la calidad en la asistencia, por los derechos laborales y para que este hospital esté donde tiene que estar», pedía Colunga.
Después, el cerca de medio millar de manifestantes, según los cálculos de la organización, iniciaba una marcha por el recinto hospitalario hasta el despacho de la gerencia. En este punto y tras el fallido intento de negociación, ambas partes exponían sus versiones.
La de la gerente, interrumpida por nuevos abucheos, seguida de un prolongado aplauso de apoyo a la doctora Colunga en el momento de abandonar la oficina de la gerencia. Los representantes sindicales insistieron en que se trata de una «clara persecución sindical» contra la presidenta del comité de empresa y exigieron la retirada inmediata del expediente contradictorio abierto a Lola Colunga y el cese de las «medidas dictatoriales» y las «amenazas».
Por su parte, la gerente, Dolores Menéndez Prieto, visiblemente afectada por el desarrollo de los hecho, aseguró ante los manifestantes estar sufriendo «violencia por parte del comité de empresa» y ser víctima de una «encerrona» con ella como «rehén», al exigirle una reunión con personas «que esta mañana no querían ningún tipo de diálogo con la dirección del hospital». Una intervención que ilustraba mostrando el documento suscrito por el comité en el que, textualmente, se recoge: «No asistiremos a ninguna de las reuniones que se convoque por parte del actual equipo directivo» mientras no se resuelva el conflicto. La gerente del hospital se defendió recalcando que se está haciendo de un asunto profesional un tema sindical. Dolores Menéndez no pudo terminar su intervención al desencadenarse nuevos abucheos en su contra y un nuevo aplauso a favor de Colunga.
Las reacciones políticas a la situación del Hospital del Oriente no se han hecho esperar. El PP solicitó el cese de la gerente y se refirió a su «incapacidad» e «incompetencia», que la han llevado a cesar, hace unos días, al director de gestión «por un supuesto pago indebido que no fue tal si tenemos en cuenta que correspondía a las guardias que se adeudaban a los profesionales», explicó el diputado Carlos Galcerán, quien añadía a la situación de conflicto que vive el hospital un asunto «más grave», el del expediente abierto a la presidenta del comité de empresa «con el único ánimo de expulsarla, en un acto que intenta tapar su nefasta gestión desde que asumiera la gerencia hace unos meses y que huele a una maniobra dirigida desde la Consejería de Salud con el fin de cortar la cabeza del comité de empresa para intentar acallar a quienes exigen una sanidad de calidad, a quienes denuncian las carencias en los servicios sanitarios y a quienes han estado luchando desde hace muchos años por un hospital de prestigio». El PP ha solicitado la comparecencia de la gerente del SESPA en la Junta General del Principado para que explique con detalle este asunto.
Por su parte, Diana Camafeita, diputada de IU-BA-Verdes, aseguró que la apertura de un expediente a Lola Colunga «no ayuda a resolver la situación del Hospital del Oriente» y sólo sirve «para desviar la atención de los problemas reales» del mencionado centro. La diputada opinó que esta decisión podría interpretarse como una iniciativa que «merma la libertad sindical». Pidió al Principado que evite generar «más conflictividad laboral» en un «espacio tan sensible» como el hospital.
La irrupción de varios manifestantes en el despacho de la gerente del hospital, Dolores Menéndez Prieto, fue uno de los momentos más tensos de la jornada. Los manifestantes interrumpieron una reunión de la gerente, que no aceptó la presencia de Lola Colunga en la reunión con los representantes sindicales por ser «parte implicada» en el conflicto. Posteriormente, la gerente acusó a Colunga de usar como «burladero» de sus intervenciones el comité de empresa.
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