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Como los fondos estatales no son suficientes…

 

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Barbacid, Fuster y Alonso abogan por la entrada de capital privado en la investigación

Los tres científicos defienden la idea de reclutar de forma precoz nuevos talentos en la escuela

14.06.11 - A. P. JIMÉNEZ | MADRID, en El Comercio.

Tres reputados científicos españoles en el campo de medicina -Mariano Barbacid, Pedro Alonso y Valentín Fuster-, los dos últimos premios Príncipe de Investigación Científica y Técnica, abogaron ayer por fórmulas flexibles que permitan la entrada de capital privado en el sistema científico público. La toma de postura de este trío de científicos se produce después de la agria polémica que mantuvo el director del Centro de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Mariano Barbacid, con el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Barbacid echó la culpa al departamento que dirige Cristina Garmendia de la existencia de trabas burocráticas para allegar fondos privados a una prometedora investigación sobre el cáncer de pulmón. El Gobierno adujo en su descargo que había sido la Abogacía del Estado la que había paralizado el proyecto de Barbacid de crear una «agrupación de interés económico», y sostuvo que si el investigador quería explotar una patente debía constituir una sociedad anónima.

En el transcurso de las II Jornadas de Diagnóstico Biomédico del Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, los tres investigadores abordaron el asunto de la financiación de la ciencia, y se mostraron de forma inequívoca a favor de crear fórmulas «ágiles y flexibles» de colaboración entre la Administración y los patrocinadores privados.

Cuando se le preguntó sobre el enfrentamiento que ha tenido con el Ministerio de Ciencia, Barbacid no quiso reabrir la polémica.

Con todo, el director en funciones del CNIO aseguró que aspira a conseguir en su especialidad lo que ha logrado Valentín Fuster en la suya como responsable del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).

«Él es el maestro de maestros en lo que atañe a conseguir capital privado, así que pregúntenle a él», dijo Barbacid con cierta sorna. Fuster se encargó de aclarar después que el oncólogo se refería a los fondos que ha recibido el CNIC de trece empresas punteras, agrupadas en la Fundación ProCNIC, para constituir una cantera de jóvenes investigadores.

A este respecto, el director del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB), Pedro Alonso, alegó que una asignatura pendiente que tiene que afrontar España es «atraer e identificar a los mejores talentos» antes incluso de que lleguen a la universidad. Alonso, que lleva tiempo investigando una vacuna contra la malaria, aseveró que pensar que solo con dinero público se pueden alumbrar programas científicos «complejos y extraordinariamente costosos no es realista».

Para Alonso, es preciso crear «cantera y cuidarla». «Si el Madrid o el Barça tienen escuelas que captan a chavales con diez años, ¿por qué no podemos nosotros hacer lo mismo también para soluciones complejas como las que requiere la investigación?», se preguntó de forma retórica el investigador. Pedro Alonso también puso como ejemplo a Valentín Fuster, responsable asimismo del Instituto Cardiovascular del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, quien ha desplegado una iniciativa para reclutar de forma precoz a potenciales investigadores en el sistema educativo. A juicio de Mariano Barbacid, es preciso fomentar a través de la Ley del Mecenazgo la gestión apropiada del dinero que se dona de forma filantrópica, al tiempo que defendió la implantación de desgravaciones fiscales a los fondos aportados de manera altruista.

Tarea imposible

Se trata de recursos que, en muchos casos, pueden hacer avanzar una investigación y que no necesariamente contribuyen a un retorno económico. Fuster, blanco de todos los elogios, se congratuló de la suerte que ha tenido para contar con la colaboración de capital privado, y en concreto con la participación de una docena de empresas para detectar nuevos talentos. «Es una tarea imposible de culminar sin capital privado». El cardiólogo argumentó que cuando se intenta captar materia gris en las escuelas para encontrar jóvenes investigadores se cosechan más éxitos que cuando se pretende atraer recursos hacia una línea de investigación. Según el responsable del CNIC, el capital privado también es capital en la labor de disponer de nuevas tecnologías «muy sofisticadas y extremadamente caras, que no se puede conseguir solo con fondos estatales».

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