La deuda obliga a los ayuntamientos a ajustar plantillas y recortar en limpieza, luz y fiestas

El recorte, también en salarios y ediles liberados, se suma a la drástica reducción aplicada por los consistorios en capítulos como la inversión

Lne.es » Asturias Oviedo / Gijón,  J. A. ARDURA / R. VALLE

La fuerte deuda provocada por la crisis obliga a los 78 ayuntamientos asturianos a ajustar plantillas y aplicar recortes en todas las áreas de gasto corriente, desde los salarios hasta los servicios de limpieza y recogida de basuras, pasando por el mantenimiento de las zonas verdes o la presencia de menos socorristas en las playas este verano. La caída de los ingresos también ha forzado a los municipios a menguar de manera drástica gastos fijos que habían crecido de manera sostenida en los años de bonanza económica, tales como la inversión, las subvenciones para asociaciones y las actividades culturales.

 

Ningún ayuntamiento, grande o pequeño, se libra de los ajustes. «Nos encontramos en auténticas dificultades para mantener los servicios. Si no se recauda, malamente se pueden prestar los servicios», comenta el alcalde de Grado, Antonio Rey, presidente en funciones de la Federación Asturiana de Concejos (FACC) hasta el inicio del próximo curso político, cuando está previsto que el alcalde de Pravia, Antonio de Luis Solar, asuma dicho cargo para los próximos cuatro años. Los ajustes del gasto corriente ya alcanzan a algunos de los servicios más característicos de los consistorios, tales como la limpieza de las calles, la recogida de basura o el alumbrado, detalla Rey, quien reconoce que «los concejos intentarán reestructurar los servicios para llegar al final del ejercicio».

 

El Consistorio ovetense ya «metió tijera» en el servicio de recogida de basuras en enero de este año. El Ayuntamiento modificó el contrato con la empresa concesionaria, Fomento de Construcciones y Contratas, para suprimir la recogida de basura los domingos y los días festivos, una medida que supone un ahorro superior a los 150.000 euros anuales.

 

Otros ayuntamientos más pequeños también se han visto obligados a aplicar restricciones en los servicios de limpieza, para acomodar su factura al nuevo escenario económico. En algunos casos estos ajustes han afectado a los refuerzos que se contrataban en los meses de verano, coincidiendo con la mayor afluencia de turistas y veraneantes. «Hemos tenido que arreglarnos con el personal habitual, porque no hay margen para hacer nuevos contratos», argumenta Cecilia Pérez, alcaldesa de El Franco, quien admite que «es necesario aguantar el tirón porque esta situación no va a durar sólo cuatro días».

 

La factura eléctrica es otro de los gastos donde los ayuntamientos asturianos han detectado que existe margen para el ahorro. En Oviedo, Avilés, Langreo, Grado o Ribadesella, entre otros muchos municipios, han puesto en marcha planes de ahorro energético. No alumbran todas las farolas o se apagan parte de los puntos de luz de las mismas. En Oviedo, las farolas de tres brazos quedan tan sólo con un punto de luz a partir de las diez de la noche, mientras que las farolas de cinco brazos mantienen dos o tres puntos de luz. El ahorro en este capítulo se ve contrarrestado por la necesidad de ampliar la iluminación en zonas de expansión de la ciudad, como es el caso de La Manjoya. El «tijeretazo» también ha llegado al cuidado de las zonas verdes: donde antes se hacían siegas mensuales, ahora se realiza una cada dos meses. «Lo importante es mantener los servicios básicos y tener en cuenta que en esta coyuntura habrá seguramente que aumentar las partidas de gasto social, porque cada vez hay más personas con necesidades», afirma el concejal ovetense de Economía, Jaime Reinares, quien apunta que se «trata de una situación general, que están sufriendo todos los ayuntamientos; todos debemos concienciarnos, los usuarios y los políticos, porque de lo contrario será imposible hacer el presupuesto».

 

El plan de salvamento en las playas asturianas (SAPLA) también se ha visto afectado por los recortes presupuestarios. Desde que arrancó este operativo, en 1991, el número de socorristas y lancheros, por un lado, y de playas objeto de cobertura en el litoral asturiano había aumentado año tras año, al igual que la partida económica para esos gastos. Este año es el primero que se reduce el número de socorristas y de playas vigiladas: los 300 socorristas del pasado año han bajado a 287 en el presente ejercicio, que se reparten entre 69 playas (60 con atención diaria y 9 de fin de semana), frente a los 71 arenales que se cubrieron en 2010.

 

La reducción de concejales liberados y la amortización de plazas de empleo público son otras de las fórmulas a las que han recurrido ayuntamientos como los de Gijón, Ribadesella, Villaviciosa y Avilés, entre otros. Unas medidas que se han intensificado tras las recientes elecciones municipales, en las que la austeridad fue uno de los mensajes políticos que ganaron más terreno frente a anteriores convocatorias electorales. La reducción del personal también ha alcanzado a los puntos de atención turística, que registran la mayor demanda en verano.

 

Las subvenciones a asociaciones y a actividades culturales y fiestas municipales son otros de los capítulos damnificados de los ajustes presupuestarios. Las fiestas de San Mateo, del próximo mes de septiembre en Oviedo, verán acortado su calendario, ya que durarán nueve días, frente a las doce jornadas de años anteriores. El pago a proveedores es otro de los capítulos afectados por la crisis. Algunos ayuntamientos, pese a los plazos fijados por la Administración central, no pueden pagar sus facturas en los 50 días que marca la ley.

 

La situación se suma a los drásticos recortes que ya se habían practicado en el capítulo de inversiones en la práctica totalidad de los ayuntamientos asturianos.