Las familias alertan de los recortes en las residencias públicas

 

La Mixta de Pumarín cobrará, incluso a través de cuenta bancaria, los taxis en los que los ancianos van al hospital

 FOTO: Residencia de ancianos de Pumarín. Lne

 «Una residente cayó y no quería ir al médico», afirman testigos .  

Lne.es » Gijón A. RUBIERA 

Las residencias de ancianos de la red pública del Principado no están para gastos. La situación financiera del ERA (Establecimientos Residenciales de ancianos de Asturias, el ente que gestiona los centros) es de tal debilidad, según sostienen las autoridades, que ni hay posibilidad de contratar más personal -y con ello, abrir las plazas geriátricas que están sin usar en las nuevas residencias construidas por la región, por ejemplo la de Montevil-, ni por lo visto se puede seguir haciendo frente a algunos gastos históricos que se asumían como atención integral a los ancianos. 

Uno de esos servicios que desde el ERA se ha querido «racionalizar» -con una instrucción general a los centros que así lo indica- y que está provocando las quejas y las alarmas de los familiares, tiene que ver con el desplazamiento de los ancianos a los centros de salud, ambulatorios u hospitales en caso de que se requiera una atención médica que no sea un desplazamiento urgente en ambulancia. 

Las familias de los ancianos ingresados en la Residencia Mixta de Pumarín han recibido la notificación este mes de que, desde ahora, ese gasto se va a cargar al residente, lo que les obliga a pagar el transporte en efectivo en el momento del traslado o se ejecutará a posteriori «a través de su cuenta bancaria». 

«No me parece normal, esa no es la atención integral que se supone que deben darles. A mi madre la acompaño yo a donde sea, pero sé de otros residentes que no tienen esa posibilidad, y estoy seguro de que esto va a frenar a algunos ancianos a ir al médico, porque muchos no podrán asumir el gasto. Desde hace 25 años en la Mixta de Pumarín siempre se pagaron los taxis para ir al médico, o se llevaba a los residentes en una furgoneta de la casa; sólo se habla de la economía del ERA, pero nadie habla de la salud de los residentes», sostiene Mauro Cuesta, uno de los gijoneses que cuestiona la medida adoptada, y así lo está haciendo saber a las distintas instancias implicadas. El recorte también tiene indignado a Sergio Buelga y a su familia. «Hasta ahora veníamos que la cosa iba a menos. Primero fue recortarles el tema del baile, luego algunas animaciones, la comida parece que ya no es lo que era... y ahora lo de pagar los taxis. En esas residencias hay gente que dejará de ir al médico por no tener que abonar ellos el taxi; porque les resulta caro y muchos no tienen grandes pensiones», denuncia esta familia. También ellos se refieren «a esa furgoneta que tienen en la Mixta», que podría hacer un gran servicio.