«No abrir el nuevo HUCA es una forma de tirar el dinero»
Preside la Asociación por la Defensa de la Sanidad Pública y es responsable de UCI. Cree en el futuro del sistema pero admite que necesita mejoras
Foto: El doctor Carlos Ponte, responsable de UCI en el HUCA, posa en una céntrica calle de Oviedo. JOSÉ VALLINA
La Voz de Asturias. 23/12/2011 / Susana D. Machargo Oviedo
Sin incurrir en el alarmismo, a Carlos Ponte le gusta llamar a las cosas por su nombre. El actual Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) no está preparado para seguir atendiendo a los pacientes, así que es necesario que el traslado al nuevo complejo se organice con urgencia. Además, cree que el sistema sanitario público, tal y como lo conocemos, está en peligro. Ponte propone dos medidas: salir a la calle para defenderlo y proponer medidas de eficiencia y rigor en el gasto que garanticen su subsistencia.
¿Está el actual HUCA en condiciones de prestar un servicio de calidad a los pacientes? ¿Reúne los requisitos esperables en un hospital de referencia? No hay que incurrir en el alarmismo pero el HUCA actual está muy desfasado y acumula muchos problemas. Cuando impulsamos una plataforma por el nuevo hospital dijimos que era un centro desconfigurado, donde no resulta fácil trabajar y que está lleno de servidumbres. Con el paso de los años, esto se ha acentuado aunque se puede seguir haciendo medicina con dignidad y calidad. El problema es que muchas de las reformas que se demandaban quedaron aplazadas por el proceso del nuevo hospital. Un ejemplo relevante es el tema de la informática. El nuevo HUCA se ha digitalizado entero. En la atención se pretende eliminar el papel, mientras en el viejo estamos en una situación prehistórica, con ordenadores antiguos y un software antediluviano. En la UCI, ayudaría a nuestro trabajo y mejoraría la calidad de nuestros registros. Un buen sistema informático nos permitiría hacer bien las autoevaluaciones. Y esto es extensible a toda la tecnología, porque un hospital, en ultima instancia, es especialización tecnológica, porque la atención sanitaria más de contacto y más humana tiene otro marco, el de Atención Primaria.
¿Es más una dificultad añadida para el profesional que para el paciente? ¿Al paciente no le llegan todas esas carencias? Se suplen las carencias en la medida de lo posible. Hay cosas que se suplen con entusiasmo y otras, no. Cambiar al nuevo HUCA es algo que tiene cierta urgencia y no se entiende bien que se postergue.
¿Qué sentido tiene, entonces, este retraso? Pues tiene difícil explicación. Puede haber intríngulis que desconocemos como en qué estado están las obras del edificio. Pero lo del HUCA se relaciona con un contexto político, con lo que ocurre en otros órdenes de cosas, como el Niemeyer o la RTPA. Subyace la idea del Gobierno de transmitir que la herencia recibida es una catástrofe para crear un estado de inquietud y de zozobra social que luego justifique las políticas antipopulares que van a desproteger a los ciudadanos. Va a haber grandes recortes en los servicios públicos. Hay una estrategia previa que es decir: aquí no hay dinero ni para abrir el HUCA y tenemos que privatizar.
¿Hay riesgo real de privatización de servicios sanitarios en Asturias? No hay ninguna duda. Solo hay que ver lo que está ocurriendo en Cataluña, donde se han cerrado quirófanos, consultas, prestaciones, la listas de espera se han disparado y con declaraciones del consejero que dice que la salud es un bien individual.
¿Que pospongan el HUCA mientras acuden a inauguraciones de servicios en clínicas privadas es significativo? Eso es inconcebible. Además, en proyectos como el del Centro Médico está implicada Cajastur. Que la Obra Social financie un proyecto privado y trate de adornarlo diciendo que va a tener una función social que no va a tener es increíble. Y que el Principado anuncie que puede derivar pacientes es un indicio de privatización. Cospedal ya lo dijo en Castilla-La Mancha, pretende privatizar la gestión de los hospitales. Y queda por ver qué va a anunciar Mariano Rajoy. Va a ser una situación complicada.
¿Hablarán de la deuda sanitaria? Es algo que existe desde hace muchos años. 15.000 millones de euros es el dinero que las autonomías tienen sin pagar desde las transferencias, porque fueron guardando facturas en el cajón y cerraban el año económico en septiembre. Nosotros creemos que era una mala gestión y ahora se usa como argumento para decir que el sistema es insostenible, algo que es una falsedad.
¿Son argumentos para anestesiar a la ciudadanía? Son argumentos del tipo: todos somos culpables, algo que también es falso. La mayoría de la ciudadanía puede tener cierto grado de endeudamiento. Pero los grandes endeudamientos son de la banca privada y de las multinacionales. Para la asociación de defensa de la sanidad pública es necesario ser consciente del momento crítico, del agujero negro que va a tragarse la sanidad pública. Pero los profesionales y la ciudadanía no lo podemos tolerar. No se puede permitir un retroceso histórico porque la crisis de la sanidad causaría más problemas que en el resto de los servicios públicos. Alguien dijo una vez que el sistema sanitario público es un sistema antipobreza. Si se recortan sus prestaciones, se castiga a los sectores más vulnerables y volverá la época en la que no existía el seguro agrario y el campesino tenía que vender su vaca para operarse de una apendicitis.
¿Y cómo se conecta todo esto con la decisión de no abrir un edificio terminado como el nuevo HUCA? Yo recuerdo a los administradores en la época de Franco que pensaban que un recurso que no se utilizaba era un ahorro. Por ejemplo tener una cama cerrada no producía gasto. Era absurdo. Estaban perdiendo dinero porque en esa cama había invertido dinero. Con el HUCA funciona la misma idea: si lo mantenemos cerrado no genera gasto. Es una forma de tirar el dinero sin pies ni cabeza.
¿Qué se puede hacer? Es necesario crear una masa crítica por el HUCA y por la sanidad pública asturiana. La inmensa mayoría de la población está interesada en que el HUCA abra pronto y funcione y lo mismo pasa con la sanidad pública, mantener la universalidad, la gratuidad y la calidad de las prestaciones. Y que conste que en nuestra asociación somos críticos con el actual modelo que tiene grandes virtudes pero también muchos defectos. En momento de crisis, hay que defenderlo, pero no se puede caer en el oportunismo de decir que todo sirve. Hay un fenómeno creciente de medicalización contra el que hay que tener una actitud crítica, porque tienen efectos adversos sobre la salud y un consumo de los recursos considerable. Que se utilice la prescripción por principio activo supone un ahorro de 2.500 millones de euros sobre los 13.000 millones que se gastan en recetas, además del hospitalario.
¿Qué más se puede racionalizar? La sanidad se puede gestionar mejor con un criterio de coste-efectivad y rechazando la medicalización. Con mejor gestión, siendo estricto en el uso de los recursos, la sanidad pública es absolutamente sostenible. Ya lo es ahora. Nuestro gasto sobre el PIB está por debajo de la media europea. Pero hay que hacer rectificaciones importantes, porque los políticos optan por el camino de dar tijeretazo a lo publico en lugar de hacerlo eficiente. Necesitamos un sistema inteligente y el que tenemos no lo es.
¿Cómo forzar la apertura del HUCA antes de 2013? La asociación, colectivos de profesionales, de pacientes y ciudadanos tenemos la idea de dar respuesta a todos los problemas que plantea la sanidad pública en Asturias. La idea es hacer una plataforma de mínimos, a lo que no se puede renunciar, como la apertura del HUCA.
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