Las centrales plantean batalla
UGT y CCOO convocan una movilización el domingo en Gijón para protestar por la reforma Laboral // Es la primera de una serie de acciones que buscan que el Gobierno suavice la norma
Justo Rodríguez Braga y Antonio Pino, ayer, en la sede de CCOO en Oviedo. JOSÉ VALLINA/
Los sindicatos asturianos comienzan a engrasar la maquinaria para plantear batalla en la calle a la reforma laboral. UGT y CCOO presentaron ayer la primera movilización que tienen pensado llevar a cabo para responder a la normativa impuesta por el Gobierno de Mariano Rajoy y que, según aseguran, supone la liberalización “total” de las relaciones entre trabajadores y sindicatos.
La cita es el próximo domingo en Gijón, a las 12.00 horas, con salida desde la plaza del Humedal y final en la del ayuntamiento. La protesta servirá para testar la respuesta de la ciudadanía y como primer acto de una serie de acciones reivindicativas encaminados a conseguir que el Ejecutivo suavice su postura. El jueves empezarán a preparar la concentración del fin de semana con reuniones, actos informativos y encierros en oficinas de empleo y en empresas.
Los sindicatos quieren que toda la sociedad participe en la concentración y que no sea un acto de protesta exclusivo de los trabajadores, por lo que a lo largo de esta semana tienen pensado reunirse con las formaciones políticas de la región y con diferentes asociaciones para conseguir que la movilización sea masiva.
El principal argumento que esgrimen las centrales para convocar la concentración es que no creará empleo y que supone “el mayor ataque de la historia reciente a los derechos de los trabajadores”. Antonio Pino, secretario general de CCOO en Asturias, asegura que la reforma “abarata y facilita el despido hasta límites insospechados”. Según explicó el líder sindical, “se generaliza el despido de 20 días, lo que supone que bajan las indemnizaciones”, atenta contra el diálogo social y “altera el funcionamiento democrático del país, ya que “la Constitución establece el papel fundamental que deben jugar los agentes sociales”.
Otro de los aspectos que destacó el responsable de CCOO es que elimina la ultraactividad de los convenios colectivos, lo que significa que, si no hay acuerdo entre las partes, “se pasa a la legislación básica de los trabajadores”, con la evidente pérdida de derechos que eso supone.
El tono crítico y la crispación de los sindicatos era evidente, y Pino denunció que “la normativa trata a los trabajadores como delincuentes”, motivo por el que afirmó que “mejor se controlaba a quien cobra millones por llevar a los bancos a la ruina”.
“Estamos ante un Gobierno pelele que actúa al dictado del Banco Central Europeo, de Merkel y de Sarkozy”, aseveró Pino, quien añadió que esta protesta era un primer paso de un “calendario largo de movilizaciones”. “Que a nadie le traicione la ansiedad con la convocatoria de una huelga general”, concluyó el líder sindical.
Una opinión similar es la de Justo Rodríguez Braga, secretario general de UGT en Asturias. En su opinión, es una reforma “inútil e innecesaria” que liberaliza “totalmente el mercado laboral” y que “no servirá para crear empleo”. Rodríguez Braga aseguró que “es la reforma más lesiva para los trabajadores de la historia de la democracia española” y afirmó que “rompe el consenso y el diálogo entre los agentes sociales”.
El responsable de UGT en Asturias también denunció que el Gobierno “se ha saltado las mínimas normas de información a los sindicatos y deja la duda de si se trata de una normativa consensuada con la patronal”. Además, criticó que el Ejecutivo de Mariano Rajoy “vuelve a la carga para desprestigiar la labor de las centrales sindicales”.
“Si a esta reforma añadimos la subida de impuestos, se trata de una devaluación de la moneda a través de la rebaja de los salarios de los trabajadores” explicó. El líder de UGT también señaló que la normativa abre la puerta a la destrucción de empleo en el sector público, algo que “coincide con los planteamientos que defendían desde la CEOE”. Por último, apuntó que se trata de la primera parte de un paquete de reformas que “será más profundo” después de las elecciones autonómicas del 25 de marzo en Asturias y Andalucía.
La intención de los sindicatos es dialogar y conseguir que el Gobierno rectifique y cambie de opinión, pese a que el Ejecutivo no ha tenido en cuenta sus ideas a la hora de aprobar la reforma y esperó al día de ayer, una vez que ya estaba publicada la normativa en el BOE, para convocar a los dos grandes sindicatos. Esta actitud es la que motiva que las esperanzas para lograr cambios a través de la concertación sean mínimas, motivo por el que tanto UGT como CCOO aseguran que “estaremos al frente de las movilizaciones para exigir al Gobierno que suavice la reforma”.
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