«El Sespa no nos doblegará», aseguran los encerrados
El Comercio. 13.09.12 - 02:37 -L. FONSECA | OVIEDO.
Foro propone que la ampliación de jornada se reste de las guardias
Quince días durmiendo a ras de suelo en la sede del Sespa, en Oviedo. Y ahora «tampoco nos dejan hablar con nuestras familias, impidiendo que nos comuniquemos con ellos tras la puerta». Esta es la última acusación de los delegados sindicales que desde el pasado 29 de agosto mantienen un encierro junto a la gerencia del Sespa en protesta por la ampliación de jornada. La Administración sanitaria, dicen, «ha dado una nueva vuelta de tuerca». Desde ayer, los sindicalistas ya no tienen tan fácil comunicarse con el exterior. Ni con familiares, ni tampoco con periodistas. Hasta ahora lo hacían a través de las rejas de la puerta principal, donde celebraron ya más de una rueda de prensa. Pero el Sespa ordenó ayer cerrar ese acceso a cal y canto. Solo les quedan los teléfonos o gritar desde la ventana del segundo piso. «Nos tratan peor que a terroristas», se quejaba Francisco Menéndez, del sindicato Sicepa-Usipa. «Es absolutamente intolerable, vergonzoso y humillante lo que están haciendo con nosotros, pero no nos van a doblegar», indicaron los encerrados en una nota de prensa.
Quien también opinó ayer y lo hizo para pedir un poco de cordura por la situación de alto riesgo en el que puede verse la sanidad, fue la Plataforma para la Defensa de la Sanidad Pública de Asturias. El colectivo, contrario a los recortes, pide a las partes en conflicto que dialoguen.
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