Las pensiones mantienen a flote los hogares
La aportación de las prestaciones sociales a la renta propicia que el número de familias bajo el umbral de la pobreza no supere en la región el 10%, frente al 22% de la media española
Lne.es » Economía Oviedo, L. GANCEDO
Asturias forma parte de la España donde el impacto de la crisis en la renta de los hogares es más contenido, según dan a entender los resultados de la encuesta de condiciones de vida divulgada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Tal sondeo indica que el 9,9% de los asturianos está en riesgo de pobreza, cuando la media del país se acerca al 22%. Y el Principado figura entre las regiones donde las dificultades de las familias para llegar a final de mes, aun habiéndose acentuado, son menos severas. Es así, de acuerdo con las explicaciones técnicas recabadas, no tanto porque la crisis económica sea menos grave que en otros territorios como por el efecto amortiguador de las prestaciones sociales. Los ingresos de los pensionistas, de singular importancia para la renta de los hogares asturianos, están actuando como un salvavidas, manteniendo a flote a las familias, según esa tesis.
Siguiendo una metodología de la UE, se considera que una familia española está por debajo del «umbral de riesgo de pobreza» cuando sus ingresos no superan el 60% de la mediana, concepto estadístico que se refiere al nivel de renta situado justo en el centro de una hipotética clasificación de todos los hogares. Así, para el caso de una persona que vive sola se entiende que estaba en riesgo de pobreza en 2011 si sus ingresos eran inferiores a 7.509 euros al año. Para el supuesto de un hogar con dos adultos y dos niños, el umbral estaba en los 15.445 euros.
Conforme a esa regla, el mapa español de la pobreza (ver gráfico adjunto) presenta rasgos como los que se sintetizan en los siguientes puntos.
Las zonas más castigadas, con proporciones superiores al 30% de los hogares en riesgo, coinciden con aquellas donde la tasa de paro ha tenido un comportamiento más explosivo. Son los casos de Canarias, Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, regiones donde el desempleo afecta al menos al 30% de la población activa o está muy cerca de ese nivel.
l En Murcia, La Rioja, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Cantabria, Baleares y Galicia el número de hogares pobres o en riesgo de ser clasificados así oscila entre el 26,4% y el 18,8%. Es un grupo variopinto de autonomías entre las que se dan casos de tasas de paro superiores a la de Asturias (Comunidad Valenciana y Murcia) junto a otras que tienen un desempleo semejante (Galicia, La Rioja, Baleares y Castilla y León) e incluso inferior (Cantabria) al del Principado.
El riesgo de pobreza alcanza en el resto de España proporciones que varían entre el 16,6% de Cataluña y el 8,8% de Navarra. Ahí aparece Asturias: el 9,9% de los hogares está por debajo del umbral de alarma. Es un resultado análogo al del País Vasco y cercano también al de Navarra, las comunidades con las tasas de paro más bajas de toda España y las que, según diversos indicadores, mejor están soportando la crisis por factores como su alto perfil industrial y exportador.
El 14,6% de la población activa vasca está en el desempleo, frente al 21,03% en Asturias. Y la caída agregada del PIB desde 2008 es superior en el Principado. El dinamismo económico no explica, según las opiniones consultadas, que el deterioro de la renta sea menor en Asturias que en la mayor parte de España. La clave está en las pensiones. La alta dependencia de las prestaciones públicas, considerada una debilidad estructural de la economía asturiana, está obrando como un bálsamo en medio de la crisis, contribuyendo a mantener el nivel de renta. Aumenta el paro, bajan los salarios y los beneficios de empresas y autónomos, pero las pensiones se mantienen por ahora, destacaron fuentes del ámbito de la investigación económica.
Otros datos oficiales indican que entre 2008 y 2010 la remuneración de los asalariados asturianos bajó a ritmos análogos a los del país (6% agregado). Otro tanto ocurrió con los excedentes empresariales (rentas de empresarios, autónomos y profesionales). En ese mismo tiempo, la inyección que suponen las nóminas de los casi 300.000 pensionistas asturianos (más de 4.000 millones este año) aumentó un 9,4%. Junto al País Vasco, Asturias tiene las pensiones medias más altas de España, aunque este cálculo está sesgado por las prestaciones asociadas a la minería y a otras actividades industriales. Aun así, de la trascendencia de las pensiones da cuenta otro dato: aportan el 17% del PIB, más que en ninguna otra comunidad y siete puntos por encima de la media española.
El «colchón» de las pensiones explicaría al menos en parte otros resultados de la encuesta de condiciones de vida, como que la proporción de personas que llegan con mucha dificultad a fin de mes, aun habiendo aumentado, está en el 5,4%, frente al 13,5% de la media nacional. O que casi el 73% de los hogares tenga capacidad para hacer frente a gastos imprevistos, cuando en España tal proporción no pasa del 60%. Asturias se asemeja al país en otro aspecto relevante: ésta es una región de propietarios donde ocho de cada diez familias son dueñas de su casa.
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