Sanidad inicia una campaña para detectar niveles de mercurio en la población
Las pruebas se están realizando entre donantes de sangre, tras las intoxicaciones registradas en Asturiana de Zinc
Forman parte de un estudio, por lo que no hay que alarmarse, pero lo cierto es que la Consejería de Sanidad del Principado ha puesto en marcha un examen de niveles de mercurio en la sangre de personas sanas para conocer la influencia de este metal en nuestro organismo. En principio, el análisis se está realizando entre donantes de sangre y a través de los centros de transfusión de la Hermandad de Donantes y puede llegar a un espectro de unas cuatrocientas personas. El mecanismo es sencillo. El donante acude a su cita y es preguntado sobre si tiene algún inconveniente en participar en un estudio que se realiza, le explican, tras los casos de intoxicación detectados en la planta avilesina de Asturiana de Zinc.
La muestra consiste en extraer un tubo de sangre, además de la donada, y una muestra de orina. Los resultados serán enviados al domicilio de las personas encuestadas, a las que también se les realiza una serie de preguntas relacionadas con sus hábitos alimentarios, si fuma o no y si ha trabajado o está expuesto a alguna fuente de mercurio de manera habitual.
Los médicos que realizan el cuestionario insisten en conocer la ingesta de pescados y mariscos de cada sujeto, ya que es sabido que algunos de estos alimentos presentan trazas de mercurio. Advierten por ello de que, aunque los resultados finales puedan evidenciar la presencia de este material en sangre, no hay que alarmarse, ya que puede una persona encontrarse dentro de los parámetros normales si incorpora a su dieta pescados como el pez espada y la caballa. En el cuestionario se pregunta también la frecuencia de ingesta y las cantidades que cada encuestado come de frutas y verduras.
Fue el Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales el que confirmó a principios de año la intoxicación de mercurio y otros metales pesados en Asturiana de Zinc. Alrededor de 80 trabajadores de la planta dieron positivo en las pruebas, lo que desató la alarma en la empresa y también en los alrededores de la factoría. Sin ir más lejos, las quejas vecinales y de los propios trabajadores provocaron que en febrero se iniciara una campaña de un mes de medición del mercurio gaseoso en el aire ambiente mediante un avanzado método con el fin de comprobar si, además de los trabajadores de AZSA, se estaban produciendo contaminaciones entre los vecinos de la zona.
El equipo de medición se instaló en la estación de la red de control de la calidad del aire del Principado sita en Las Arobias, a 300 metros de las instalaciones de Asturiana de Zinc. Transcurrido ese tiempo, se confirmó que las emisiones detectadas no suponían riesgo para la salud y así lo hizo saber la consejería con el fin de despejar dudas sobre la posibilidad de que se estuviera produciendo una intoxicación masiva.
La legislación española regula la calidad del aire mediante un decreto, pero no establece valores objetivos para el mercurio como contaminante. Sin embargo, la OMS indica, en las guías de calidad de aire para Europa, un valor guía de 1.000 nanogramos por metro cúbico como promedio anual en aire ambiente. Y, según estas mediciones, apenas superaron los 10 nanogramos por metro cúbico. En los alimentos también puede haber mercurio, pero, según advierten las autoridades sanitarias, solo es perjudicial si esos productos se consumen de manera abusiva.
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