Los gestores de residencias geriátricas abogan por limitar el uso de medidas de sujeción
Una fundación promueve que España deje de liderar la «contención física o farmacológica» de los ancianos
De izquierda a derecha, Ana Urrutia, María Antonia Fernández Felgueroso y Ana Gil, ayer, en la sede de la Procuraduría General del Principado.
Lne. 05.06.2013 | 01:55 pablo álvarez P. Á.
En España el 23 por ciento de los residentes en centros de mayores son sometidos a alguna medida de sujeción restrictiva, física o farmacológica, con el fin de facilitar su cuidado y manejo. Los expertos reunidos ayer en Oviedo coincidieron en subrayar que este porcentaje es mucho más elevado de lo deseable y de lo habitual en los países de nuestro entorno. Y, aún más grave, agregaron que implica «una indudable vulneración de los derechos humanos», subrayó María Antonia Fernández Felgueroso, Procuradora General del Principado.
La Procuraduría fue el escenario de la jornada de presentación en Asturias de la norma Libera-Ger, una metodología encaminada a la plena eliminación de sujeciones restrictivas en centros residenciales. La jornada fue propiciada por la Fundación Cuidados Dignos y por la Asociación Asturiana de Centros y Servicios de Mayores (Asacesema). Asistieron a las sesiones «casi el 90 por ciento del sector privado» dedicado a la atención a la dependencia en Asturias, y también representantes del sector público, según la estimación realizada por Ana Gil, presidenta de Asacesema.
La norma Libera-Ger pretende difundir un conjunto de principios que permiten establecer y evaluar el sistema de gestión y control de sujeciones propuesto por la Fundación Cuidados Dignos. Ana Urrutia, presidenta de la citada fundación, destacó que este protocolo implica una «innovación» que «está siendo implantada en diversos lugares».
María Antonia Fernández Felgueroso se mostró combativa frente a las prácticas que atentan contra los derechos de los mayores. Señaló que en Dinamarca la tasa de residentes a los que se aplican sujeciones es del 2,2 por ciento, y en Italia del 4 por ciento. «El índice de España supone un problema serio que debe ser abordado», sentenció. Las sujeciones físicas o químicas están indicadas para casos concretos, tales como la prevención de autolesiones o suicidios, o conductas que amenacen la integridad física de otras personas.
Ana Gil enfatizó que su mayor preocupación no la constituye el cuidado que los dependientes reciben en instituciones y centros privados o públicos, sino «en esas personas que, necesitándolos, no reciben esos cuidados profesionales bien porque su entorno o sus familiares no saben o no pueden dárselos».
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