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La puerta giratoria en la sanidad

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Las empresas que contratan políticos para cargos de dirección no lo hacen por altruismo: tienen más interés en la agenda personal, en el conocimiento de la Administración, en la experiencia acumulada, en la capacidad de influencia y en la información privilegiada que aportan. Son las bases para realizar negocios con ventaja, para obtener privilegios sin forzar la legalidad e incluso para realizar prácticas que caen de lleno en la categoría de la corrupción.

nuevatribuna.es | Pablo Vaamonde | Médico de Familia, A Coruña | 05 Enero 2014 - 12:52 h.

El trasvase de políticos a la empresa privada y viceversa facilita un retiro dorado a los políticos que dejan la primera línea, pero también alimenta la sospecha de que el ejecutivo y el legislativo puedan facilitar la actuación de las empresas en defensa de sus beneficios, dejando en segundo lugar el interés colectivo.

La puerta giratoria es un magnífico invento. Nada más entrar en uno de sus huecos la puerta avanza y, en cuatro pasos, te encuentras en el interior. De la misma manera puedes desandar el camino, con la misma facilidad. Cuando este mecanismo se utiliza en el terreno político para pasar de un cargo público a la empresa privada, y viceversa, se producen situaciones de intensa promiscuidad con la presencia de graves conflictos de interés. Las empresas que contratan políticos para cargos de dirección no lo hacen por altruismo: tienen más interés en la agenda personal, en el conocimiento de la Administración, en la experiencia acumulada, en la capacidad de influencia y en la información privilegiada que aportan. Son las bases para realizar negocios con ventaja, para obtener privilegios sin forzar la legalidad e incluso para realizar prácticas que caen de lleno en la categoría de la corrupción. En los últimos años hubo muchos políticos (del PP y del PSOE, sobre todo) que ocuparon plazas de privilegio en las grandes empresas...(LEER MÁS)

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