Paciente: paciencia
El gerente del Hospital confía en resolver pronto los desajustes por el nuevo sistema informático, que ayer motivó retrasos de media hora en las consultas
Juan C. GALÁN
El incordio de tener que pasarse una mañana de verano en una sala de espera se atenúa cuando los nubarrones engullen el cielo. De tener que ir al médico, mejor hoy, piensan los pacientes. Sin embargo, a medida que el tiempo pasa, la paciencia se agota. Todas las miradas se fijan en el marcador electrónico que anuncia el número del usuario que debe pasar a la consulta. Un ritmo lánguido, cada vez más lánguido. De media, 30 minutos de retraso, al menos para consultas con el especialista en otorrinolaringología. nada que ver, al menos, con los casos que refirieron pacientes días atrás, con demoras de varias horas.
La aplicación, el pasado día 25 de junio, del sistema informático «Selene», que pretende reducir las listas de espera y el tiempo que los pacientes deben aguardar para ser atendidos por los especialistas, ha causado trastornos. Para los responsables del San Agustín, la situación actual es normal. «Somos conscientes de que las consultas se demoran. De hecho, hemos cancelado alguna para que los médicos se acostumbren al programa, pero siempre las más leves. No se ha suspendido ninguna intervención urgente», aseguró ayer el gerente del hospital, Alfonso Flórez.
También los sindicatos minimizan el problema y consideran que las esperas en consultas externas son normales, casi tan largas como las que se daban antes de la implantación del «Selene», que sustituye el papel por la cibernética. Pero algunos usuarios no comparten la opinión de la gerencia y los sindicatos del San Agustín. Los responsables del San Agustín esperan que en un par de meses la situación se normalice.
El objetivo del programa, que antes de Avilés se instaló en el Hospital de Jarrio y en el Monte Naranco de Oviedo, es acortar el trabajo burocrático para beneficiar tanto al usuario como al profesional. Así, la digitalización de los historiales clínicos es la medida más relevante. Sin embargo, este objetivo se ha visto entorpecido en los primeros días de aplicación del sistema por las dificultades que ha encontrado el personal sanitario para manejar el complejo programa informático.
En este sentido, el gerente del San Agustín, Alfonso Flórez, defiende la metodología de implantación del programa «Selene». «Ha habido 11.000 horas de clase, hay 64 asesores las 24 horas del día y un aula permanentemente abierta para resolver dudas. Yo creo que poco más se puede hacer», señaló. Una opinión que no comparte Trini Caminero, del sindicato de enfermeros y ATS. «Nos dieron ocho horas de cursillo, en período vacacional y sin atender al nivel de conocimientos informáticos de cada uno», critica Caminero.
Mientras, el personal del San Agustín trata de hacer cada vez menores los retrasos para conseguir que la nueva aplicación pueda mostrar los beneficios que, según fuentes hospitalarias, tendrá de cara a quien realmente importa: el paciente.
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