El despegue informático de Jarrio

El hospital comarcal, pionero en incorporar la telemedicina, es una referencia en nuevas tecnologías

Foto: Sala de radiología, con las imágenes digitalizadas, en Jarrio. a. m. s.

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La Nueva España. A. M. SERRANO

Uno de los más alejados del centro y el más modernizado de Asturias. Al Hospital Comarcal de Jarrio no le faltan motivos para estar satisfecho con su carrera de inversiones. Fue el primero en Asturias en poner en marcha la llamada telemedicina, que evita el traslado al hospital de los pacientes para determinadas consultas. Y ahora se convertirá en el primero en beneficiarse de la receta electrónica y de un nuevo aspecto de la telemedicina: la teledermatología. Ambos servicios entrarán en funcionamiento el próximo mes, según lo previsto por la Consejería de Salud.

 

El Hospital de Jarrio, rural, se ha convertido en un ejemplo a nivel regional, nacional e incluso europeo, aseguran sus responsables. Desde hace años ha emprendido «un viaje sin retorno», en palabras del actual gerente, Ricardo de Dios, de la mano de las nuevas tecnologías.

 

Ha sido en el primer centro hospitalario en informatizar su documentación (los numerosos expedientes médicos) y el primero en incorporar la telemedicina. La meta que se persigue, indica De Dios, es lograr que el paciente esté atendido, pero que pase menos horas en el hospital. Así, las últimas inversiones realizadas en el hospital tienen como fiel compromiso «incrementar la actividad ambulatoria» y evitar la hospitalización, al tiempo que eliminar los retrasos de las pruebas necesarias para un diagnóstico fiable. En los últimos cinco años, todos los nuevos equipos y adquisiciones del centro tienen este fin. El nuevo laboratorio permite realizar 3.200 determinaciones a la hora, contra las 500 pruebas que se realizaban antes en igual período de tiempo. Además, se dotó al centro hospitalario de más capacidad. Desde la puesta en marcha de estas instalaciones, se realizan, por ejemplo, diagnósticos y seguimientos al cáncer de próstata que antes se derivaban a Oviedo.

 

La sala de radiología es otro de los puntos de interés para la dirección del centro. Se han renovado todos los equipos gracias a una inversión de 190.000 euros y se ganó tiempo: en 2010, se realizaron 36.033 estudios de radiología general, 366 digestivos y 174 genitourinarios. En 2009, la ampliación de cirugía mayor Ambulatoria en el área quirúrgica liberó los quirófanos. En la actualidad, el centro dispone de seis sillones en la sala de reanimación, que permiten realizar operaciones sin riesgo y que, al ser sencillas, no tendrían que llevar aparejado el ingreso hospitalario. Es decir, «el paciente viene y se va el mismo día a su casa», explica el gerente del hospital coañés.

 

En aras de incrementar la comodidad del usuario del servicio, también se ha implantado la llamada, en argot médico, utereroscitoscopia flexible, que también permite liberar quirófanos y realizar pruebas en la propia consulta sin necesidad de programarlas en salas de operación. «Además, aporta comodidad al paciente», indica De Dios. La prueba es menos molesta y más sencilla y cada vez más demandada. En 2010, se realizaron un 9 por ciento más que en el año anterior.

 

«Además de comodidad al ciudadano, estas adquisiciones nos permiten trabajar mejor en equipo y mejoran las condiciones laborales», destaca el gerente del centro. Para este año, esperan un nuevo escáner (TAC). El centro dispone en la actualidad de uno alquilado, con dos cortes, tras averiarse el que había formado parte del material del centro durante los últimos años. Ahora, accederá a otro de mayor amplitud, con 16 cortes.

 

Al margen de esta polémica, que ha generado quejas de los usuarios y continuas críticas de partidos políticos y plataformas ciudadanas, desde el centro continúan trabajando para ofrecer el mejor servicio «más allá de críticas que siempre hacen al hospital de menos y llegan a dificultar la entrada de nuevos especialistas», explican desde la dirección.

 

El hospital rural con más avances incorporados de Asturias también se enfrenta un nuevo reto: atraer a facultativos con ganas de trabajar en un hospital así. La falta de urólogos y cardiólogos es otro de sus «males». Una falta que el centro achaca también a la escasez de médicos de esta especialidad. En mayo, si no hay cambios en las previsiones del Sespa, empezará a funcionar con la receta electrónica, un servicio que evitará a los pacientes crónicos tener que desplazarse al centro de salud para adquirir la receta médica. Con la tarjeta de la Seguridad Social podrán adquirir en las farmacias sus medicamentos.